jueves. 28.03.2024

En un intento por impulsar el desarrollo de una de las áreas más pobres del país, México acelera la construcción de una esperada línea ferroviaria que conectará las costas del Pacífico y del Atlántico.

El proyecto ferroviario Trans-Istmo unirá puertos a lo largo de las dos costas en la sección de tierra más angosta de México, conocida como el Istmo de Tehuantepec.

Al conectar los puertos de aguas profundas de Coatzacoalcos en el Golfo de México y Salina Cruz en el Pacífico, el ferrocarril irá acompañado de una serie de proyectos de infraestructura destinados a crear un corredor comercial, incluyendo un gasoducto y mejoras en carreteras y puertos.

La Secretaría de Comunicaciones y Transportes recibió con este fin un presupuesto de MXN 645 millones (US$ 32,6 millones) para iniciar el desarrollo del ferrocarril este año, mientras que el gobierno ha asignado unos MXN 2.500 millones (US$ 126,5 millones) para el total del proyecto, mejor conocido como el Corredor Interoceánico Multimodal.

Dicho corredor, cuya finalización está prevista para 2021, tiene como objetivo crear un canal seco que compita con el Canal de Panamá y atraiga más comercio de Europa, América del Norte y Asia. La empresa Surbana Jurong de Singapur desarrollará el plan estratégico del proyecto.

Un ecosistema integrado de desarrollo e infraestructura

La idea de conectar las dos costas ha sido discutida desde los tiempos coloniales, e incluso en el siglo XIX se llegó a proponer por primera vez una línea de ferrocarril.

La ruta atravesará algunas de las áreas menos desarrolladas de México, que tradicionalmente se han rezagado en términos de crecimiento con respecto a los estados más industrializados del norte. Si bien diversas administraciones han intentado estimular el desarrollo en los estados meridionales del país, estos esfuerzos no han tenido un éxito notable.

Las autoridades regionales de ambos estados han tratado de asegurarse que los beneficios del nuevo proyecto no se concentren solo en Salina Cruz y Coatzacoalcos, sino que se extiendan por todo el istmo.

Para ello, se construirán seis zonas de desarrollo industrial e innovación en toda esa área, impulsadas por una mejor infraestructura de transporte y energía.

Adicionalmente, el Programa de Desarrollo para el Istmo de Tehuantepec, del Gobierno del Estado de Oaxaca, mira más allá del tren como catalizador para el crecimiento económico, e incluye esquemas sociales y económicos que mejoren las condiciones de vida e impulsen el sustento de personas y empresas a lo largo de la ruta.

Construyendo el Corredor Interoceánico

El plan ampliado del Corredor Interoceánico Multimodal también incluye el desarrollo de ocho puertos marítimos, dos autopistas, dos proyectos de hidrocarburos, dos proyectos de electricidad y un proyecto de telecomunicaciones.

De acuerdo con una declaración de impacto ambiental, se espera que el proyecto multimodal se complete después de que finalice el mandato de la administración actual, en 2025. Se realizará una inversión total de US$ 11 mil millones entre 2019 y 2024, dividida en 37 programas sociales y 16 proyectos de infraestructura.

España es fuente potencial de un financiamiento como el requerido para este proyecto y, a principios de febrero, José Luis Abalos, ministro de Obras Públicas de España, firmó un memorando de entendimiento con el Estado de Oaxaca – el cual será atravesado por gran parte de la línea ferroviaria–, en relación con una posible cooperación en materia de infraestructura y transporte.

En la reunión, Ábalos se refirió tanto al proyecto del Corredor del Istmo de Tehuantepec como al proyecto paralelo del Tren Maya, enfocado al turismo, como "dos temas que analizaremos con interés", y agregó que "dada la experiencia que tiene España en términos de gestión de infraestructura, intentaremos colaborar en estos programas".

Preocupaciones ambientales dividen la opinión pública

Si bien el proyecto ferroviario Trans-Istmo ha atraído menos críticas que el Tren Maya, todavía hay oposición de algunos grupos que han solicitado más estudios preliminares para evaluar el impacto ambiental de los proyectos, así como estudios para medir en qué afectarían a las comunidades indígenas que se encuentran viviendo en las áreas de desarrollo propuestas.

Parecería que, en general, el sentimiento del público es positivo. En noviembre del año pasado se celebró un referéndum sobre la construcción de los dos ferrocarriles, junto con otros ocho proyectos públicos, y todos los proyectos obtuvieron la aprobación de los votantes.

Sin embargo, el hecho de que solo 946.000 ciudadanos de una población de aproximadamente 125 millones de personas participaron en la votación no ha disminuido el continuo debate alrededor de los planes.

La infraestructura nacional: clave del plan de desarrollo

A pesar de la controversia, estos proyectos son pilares de la estrategia de la administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que ha identificado la nueva infraestructura como parte integral del crecimiento a mediano plazo de México. El país ocupó el puesto 49 entre 140 países en términos de infraestructura en el 'Informe de Competitividad Global 2018' del Foro Económico Mundial, destacando el potencial para mejorar en esta área.

De acuerdo con la estrategia planteada en el Proyecto de Nación 2018-2024 del Gobierno, tanto el Corredor Interoceánico como el Tren Maya se enumeran como proyectos prioritarios, junto con 97.500 millones de pesos mexicanos (US$ 5.100 millones) destinados a mejorar la red de carreteras y varios proyectos para impulsar la autosuficiencia en agua.

Según AMLO, el Estado invertirá alrededor de 500 mil millones de pesos mexicanos (US$ 25.300 millones) en los diversos proyectos de infraestructura durante el transcurso de su período.

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