jueves. 28.03.2024

El FMI ha publicado este viernes un estudio en el que ha analizado las repercusiones que tienen en la economía mundial los distintos conflictos armados del Norte de África y Oriente Próximo. La investigación ha analizado la producción económica en más de 179 países a partir del año 1970.

Según los resultados del estudio publicado por el portal Arabian Business, la caída económica que han sufrido países como Siria, Libia y Yemen en los últimos años ha excedido sobremanera la media global. Estos tres países han sufrido caídas en su PIB de entre 6 y 15 puntos porcentuales en tan sólo tres años, mientras que la media mundial registrada a partir de 1970 está entre 4 y 8 puntos porcentuales.

El éxodo masivo que se está produciendo en Siria --donde hay más de 6 millones de desplazados internos y más de 5 millones de personas han dejado el país-- ha magnificado "las pérdidas económicas, generando una escalada drástica de la pobreza, el desempleo y la deserción escolar en países que ya tenían problemas", ha explicado el FMI.

Por otra parte, las autoridades del FMI han indicado que los principales perjudicados por la crisis migratoria no son los países europeos que acogen a inmigrantes, sino los países de Oriente Próximo más cercanos a las regiones en conflicto. En Líbano, donde una de cada tres personas es un refugiado, los inmigrantes compiten directamente por el empleo con los libaneses, lo que deprime los sueldos y la economía nacional.

Los daños a la infraestructura actualmente se estiman en 137.800 millones dólares en Siria y más de 20.000 millones en Yemen, lo que representa un desafío a largo plazo para los responsables políticos, además del descenso en el comercio y la producción en los países vecinos, según el estudio.

El estudio del FMI instó a los políticos a priorizar el gasto fiscal para proteger la vida humana y servir las necesidades públicas básicas.

El estudio hizo hincapié en la importancia de que los países asolados por conflictos y sus vecinos mangengan el buen funcionamiento de las instituciones, especialmente los bancos centrales. Estos, a su vez, deben usar la política monetaria y de tipo de cambio para apuntalar la confianza en sus economías.

El FMI alerta del alto coste de los conflictos armados en Oriente Medio y Norte de África
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