viernes. 29.03.2024

“El diseño de Chula es rompedor”, asegura Laura Fontán en Dubai mientras muestra varias prendas de la marca de moda que fundó junto a su marido, Diego Cortizas, hace 15 años en Vietnam. Allí, en un país que nos suena tan exótico, están más que asentados. Forman parte activa de todos los grandes eventos del sector y se encuentran muy introducidos. Por eso hace dos años decidieron dar un paso al frente y acometer la internacionalización de la marca, pasar de ser una empresa local a conseguir el marchamo de global. Y en eso están.

Fontán, que irradia optimismo y vitalidad por los cuatro costados, ha pasado varios días en Emiratos Árabes presentando las propuestas de Chula. Pero antes de recalar en el Golfo Arábigo ha recorrido con sus diseños lugares tan distintos y distantes como Nueva York, Washington, el Cañón del Colorado, Kuala Lumpur, París, Roma o Madrid. Van con la tienda a sus espaldas y está como máximo dos días. Es su 'modus operandi' y la cosa marcha adelante, sobre todo gracias a la gran masa de seguidores que tienen. No obstante, en el caso de la capital de España abrieron hace un año una tienda en Malasaña. Y no es la única, tienen otras cinco en ciudades tan inspiradoras vietnamitas como Hanoi (2), Hoi An y Saigón y en la capital de Tailandia, Bangkok.

Laura Fontán, segunda por la izquierda, junto al propietario del restaurante Mado de Dubai y varias españolas y seguidoras de Chula. (Cedida)En sus colecciones, que siempre están vivas, predominan el color, la alegría, lo asiático y la fusión entre culturas. Esto último es fundamental. Y prueba de ello es que a cada lugar que acuden llevan una colección dedicada en la que se hallan bien visibles elementos y símbolos de la tierra. "Queremos destacar las singularidades de cada país", puntualiza Fontán. Es el homenaje de Chula a los lugares donde les acogen. Por ejemplo, y para que quede claro, cuando estuvieron en Madrid hubo diseños “rompedores” en los que no faltó ni el toro ni la guitarra.

Ahora están estudiando la posibilidad de contar también con un establecimiento en Dubai. Por lo pronto, Laura Fontán ha estado tres días en la ciudad emiratí y le ha ido muy bien. Un día mostró sus creaciones en Al Bastakiya y otros dos en el restaurante Mado de Jumeirah Street. Y la respuesta que obtuvo fue muy positiva. Se encuentra encantada con las sensaciones que percibe. Hasta el punto de que la empresaria y CEO de Chula ya piensa en la colección que va a dedicar a esta tierra. Es más, como idea apunta que le atrae mucho la caligrafía árabe.

Pero como estamos en el siglo XXI, Chula también tiene sus colecciones en internet a través de la web chulafashion.com. Por supuesto se puede comprar desde cualquier parte del mundo lo que a cada uno le guste, pero también es posible -incluso- dar tus medidas para que te confeccionen un vestido. Asimismo están muy presentes en Facebook y otras redes sociales en las que si no figuras es como si no existieras. El precio de las prendas, que también es importante, oscila entre 150 y los 500 euros. La media, 250.

"UN HOMBRE DEL RENACIMIENTO"

Fontán habla de su socio y marido rayando la devoción. “Es un hombre del Renacimiento”, dice. Diego Cortizas es arquitecto. Cuando de recién casado llegó junto a su esposa a Vietnam sin la más mínima hoja de ruta, por probar y por conocer nuevos horizontes, comenzó trabajando en lo suyo. Sin embargo, al poco tiempo, y viendo que Laura se afanaba en avanzar por su cuenta y riesgo en el mundo de la moda con creciente capacidad y buenas perspectivas, decidió dejar en un rincón la escuadra y el cartabón y hacer piña con ella.

Entre otros muchos cometidos, Cortizas es el diseñador. Y, según subraya su mujer, utiliza el mismo proceso creativo que en la arquitectura. Y a la vista queda que el método le funciona. En realidad es un artista. Porque, como señala Laura, “la moda es una excusa para hacer arte”. Apunten, diseño.

Los tejidos que emplea son de máxima calidad, en primer lugar la seda natural, pero también otros como el lino o la lana. Esa es una de las principales características de Chula, el nivel de la materia prima que emplean. Tomen nota, calidad.

Pero Fontán también destaca que es muy importante el carácter social de la empresa: el 80 por ciento de sus 70 empleados son personas con discapacidad. Y asegura y reasegura que no podrían encontrar mejores trabajadores. Es su compromiso social.

Y los tres elementos unidos -diseño, calidad y compromiso social- son los que aportan la seña de identidad de una iniciativa de dos españoles con antecedentes gallegos-leoneses que un día salieron de Madrid sin rumbo  ni plan y que han acabado por demostrar que la vida es tan imprevisible como apasionante

Moda española "rompedora" desde Vietnam para el mundo
Comentarios