viernes. 19.04.2024

El presidente Alberto Fernández, del Partido Justicialista, ganó las elecciones presidenciales del 27 de octubre con el 48 por ciento de los votos, contra el titular Mauricio Macri (41 por ciento), superando el umbral del 45 por ciento necesario para evitar una segunda vuelta.

Fernández asumió el cargo el 10 de diciembre, junto con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien precedió a Macri como presidenta de Argentina de 2007 a 2015.

Durante sus cuatro años de mandato, Macri intentó reafirmar la confianza de los inversionistas con políticas de libre mercado, impulsando una serie de reformas para reestructurar el sistema de pensiones y eliminar el control de precios en alimentos y combustibles.

La tercera economía más grande de América Latina fue una de las más dinámicas de la región durante la primera mitad del mandato de Macri. En el año 2017 llegó a tener el mercado de renta variable con mejor rendimiento del mundo, con un crecimiento del 77 por ciento, y una de las economías con mejor desempeño del continente, expandiéndose a una tasa de 2,7 por ciento durante el mismo año, según el FMI.

Sin embargo, las políticas de austeridad de Macri, en última instancia, resultaron poco populares para el electorado, particularmente cuando una serie de factores internos y externos generaron un entorno económico desfavorable: la economía se contrajo en un 2,5 por ciento el año pasado; una corrida sobre el peso ocasionó que el Banco Central aumentase su tasa de interés de referencia a un máximo de 85 por ciento en septiembre de este año; y la inflación interanual permaneció por encima del 50 por ciento durante gran parte del 2019.

Indicadores económicos

Los objetivos económicos generales de Fernández se centran en reducir la inflación y mejorar los salarios reales.

La mayoría de los economistas están de acuerdo en que la principal prioridad económica del país debería ser abordar la inflación. Sin embargo, las opiniones difieren en el mejor enfoque. Algunos han abogado por un programa a largo plazo, que no se centre en un ajuste fiscal, mientras que otros han presionado por un alivio financiero para las personas con ingresos más bajos y promesas de crecimiento salarial a largo plazo.

Desde las elecciones, el peso argentino se ha mantenido relativamente estable a una tasa de alrededor de 59 centavos por dólar. Sin embargo, la inflación se mantiene alta y los economistas prevén una tasa anual de 53-55 por ciento al cierre del año. Se espera que la cuenta corriente registre un déficit anual equivalente al 0,9 por ciento del PBI, antes de pasar a un superávit del 0,4 por ciento en 2020.

Dada la baja demanda interna y la solidez de las exportaciones, el presupuesto del país proyecta un superávit comercial de US$ 16.1 mil millones este año, que se espera aumente a US$ 17.5 mil millones en 2020. También predice que la economía verá una contracción del 2,6 por ciento este año, seguida de un crecimiento del 1 por ciento en 2020.

Argentina y el FMI

Junto con una política monetaria y comercial, la capacidad del nuevo gobierno de Argentina para revivir la economía, recae en la relación que este tenga con el FMI.

El año pasado, el gobierno de Macri firmó un contrato de préstamo con el fondo de Washington, por tres años y US$ 57 mil millones, el préstamo más grande en la historia de la organización. Esto hizo que el país se comprometiera a implementar una serie de reformas para mejorar su posición fiscal.

Sin embargo, durante su campaña electoral, Fernández se comprometió a renegociar el acuerdo, por lo que se necesitarían más conversaciones antes de que el FMI emita la próxima cuota de US$ 5.4 mil millones del programa, lo que infunde cierto grado de incertidumbre al futuro de la relación.

Otras consideraciones comerciales

El resultado de las elecciones también podría tener implicaciones importantes para el Mercosur, el bloque comercial de mayor peso en la región.

El grupo de cuatro naciones incluye a Paraguay y a Uruguay, así como a siete miembros asociados, pero Brasil y Argentina son, sin lugar a duda, sus miembros más grandes en términos económicos y de población.

En junio se anunció un histórico acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la UE, después de 20 años de negociaciones. Su ratificación e implementación le darían a Argentina acceso libre de aranceles al mayor socio comercial de Mercosur, lo que proporcionaría un impulso significativo al ya sólido sector exportador del país.

Sin embargo, Fernández, un proteccionista comercial, ha criticado el acuerdo en el pasado, diciendo que consideraría reabrir las negociaciones sobre el mismo. Mientras tanto, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, advirtió al nuevo gobierno de Argentina que estaría dispuesto a reconsiderar la cooperación económica con ese país si sus políticas comerciales cambiaran drásticamente.

¿Qué pueden esperar los inversionistas del nuevo gobierno de Argentina?
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