viernes. 29.03.2024

Este culebrón estilo película años 50 conmociona en el siglo XXI a la refinada sociedad inlgesa. Una mujer es el centro del caso, ella consiguió hacerse con 17 millones de euros en seis casas palaciegas en el centro de Londres.

Sara Al Amoudi es su nombre de batalla en este espisodio de su vida, en el que ella representa a una princesa saudí que habría conseguido de sus antiguos socios Amanda Clutterbuck y Ian Paton una transferencia en valores inmobiliarios por 20 millones de dólares. El caso está en un Tribunal Superior de Londres desde el pasado otoño. Está acusada de engañar a sus socios para conseguir una transferencia a su nombre de seis propiedades de primera clase en Londres por valor de millones de libras. Los demandantes afirman que se hizo pasar por la hija de un poderoso jeque saudí - mientras que ella es en realidad una ex-prostituta que adoptó la apariencia real que se está juzgando en la actualidad. Su identidad real y su supuesta riqueza son fundamentales para las acusaciones de los promotores londinenses Amanda Clutterbuck y Ian Paton.

Un testigo, Negati Ali, que vive en el sur de Londres y es distribuidor de muebles nacido en Etiopía, ha declarado en el tribunal de Londres que Sara Al Amoudi no es una princesa saudí y ha afirmado que es una ex prostituta originaria de Etiopía y que había trabajado anteriormente juntos en un restaurante en Yemen.

En su declaración testimonial, obtenida por Arabian Business, Ali nacido en Etiopía, manifestó que se hizo amigo de Al Amoudi en Yemen entre 1985 y 1989. Más tarde, entre 1989-1994 Al Amoudi, declaró que Sara, tenía su base en Dubai y trabajó como prostituta.

"Yo estaba viajando entre Dubai y Yemen en aquel momento y me reunía con la acusada," me quedé en su apartamento en Dubai por una semana en 1993 o 1994", explicó textualmente el testigo, quien manifestó que había utilizado en aquellos años varios nombres: Sofía, Leena, así como Sarah, también vivió con ella en Londres durante la mayor parte de 1999, cuando ella no tenía casi nada de dinero, trabajaba en The Stork Club por aquel tiempo. "Creo que ella tenía tanto un pasaporte de Etiopía como otro de Yemen en ese momento, que usaba indistintamente", se leía en su declaración. "Sé que los pasaportes falsos yemeníes se pueden comprar por 250 dólares muy fácilmente. La demandada que acude al Tribunal Superior de Londres totalmenta cubierta por la túnica típica de Arabia y tapa su rostro con un velo,  llega a la corte en un Rolls-Royce Phantom con "HRH" como placa de matrícula, ha negado airadamente en el tribunal toda participación en la industria del sexo, y expresa las estrictas normas por la que se rige su fe islámica. Ella era reacia a quitarse el velo facial completo, mientras prestaba declaración.

En su defensa Sarah manifestó que tenía entregas regulares de dinero de parientes ricos de Arabia Saudita, que guardaba debajo de su cama y parte de ese dinero es el que entregó al Sr. Paton para que cuidara de él ya que ella tenía grandes limitaciones a la hora de leer y escribir en inglés y sin una cuenta bancaria, confió en el señor Paton, con quien asegura haber tenido una relación sentimental duradera.

Pero el Sr. Cakebread abogado de los presuntamente estafados declaró en la corte de Londres: "Es un cúmulo de mentiras - mentira sobre mentira tras mentira para encubrir la verdad."

Sarah Al Amoudi, cuya edad es también un misterio, se informó de distintos años de nacimiento que pueden abarcar desde los 30 hasta los 45, había afirmado ante el tribunal que no podía revelar el nombre de su marido, ya que podría poner en peligro su vida. Otras fuentes aseguran que cubre su rostro y usa pelucas para evitar que su propia comunidad y círculo de amistades anteriores, la reconozca.

"Al Amoudi declara ser la hija del jeque Mohammed Hussein Al Amoudi, un hombre de negocios saudí que fue clasificado como el 63 hombre más rico del mundo por la revista Forbes en el 2011 y se estima que tiene una fortuna de más de 12 mil millones de dólares.

Su identidad real y supuesta riqueza son fundamentales para la acusación de los promotores inmobiliarios Amanda Clutterbuck y Ian Paton quienes afirma que ella es un fraude y los engañó para que lograran transferir seis lujosos apartamentos en Londres a su nombre como adelanto de una suma mucho mayor que sería financiada por la familia Al Amoudi. Esa suma nunca llegó y la mujer se negó a devolver la propiedad de los seis apartamentos, que están ubicados en zonas de lujo de Londres, como Knightsbridge y Belgravia.

La demandada niega las acusaciones, afirmando que los pisos son legítimamente suyos, y declaró en la corte que ella tiene una fortuna de hasta 10 millones de libras y es adicta a las compras.

En noviembre del año pasado el periódico londinense Daily Mail publicó unas imágenes de Al Amoudi en la discoteca Mayfair No 5 Cavendish, con corpiño escotado que ha demostrado que no siempre es tan tímida a la hora de exhibirse en público.

El juez de la Corte lleva semanas estudiando las evidencias en el caso de propiedad.

El caso de la vampiresa del velo o princesa saudí falsa, conmociona Londres
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