sábado. 20.04.2024

(Texto: Claudia Mejía. Foto: EL CORREO) Alguna vez el director de cine colombiano, Víctor Gaviria, dijo que el cine era el espacio de los lugares, el arte que conecta con los entornos y con las personas que los habitan. En el cine encontramos las calles, las escaleras, las esquinas que hacen parte de nuestra cotidianidad o que nos acercan a lugares lejanos. Es en el cine donde podemos reconocer nuestra comida, escuchar nuestro acento y, así mismo, encontrarnos con nosotros mismos y con nuestra realidad.

En esta otra esquina del mundo en la que vivimos ahora es difícil encontrar esos lugares familiares en los teatros. Aunque haya muchas formas de ver películas hoy en día gracias a la tecnología, nada reemplaza la pantalla gigante, el acto colectivo de compartir el momento, la oscuridad absoluta antes de adentrarnos en el universo de la historia. En los teatros de Abu Dhabi, como en el resto del mundo, predomina el cine comercial de Hollywood y de Bollywood, pero cada octubre desde hace ocho años se nos regala un festival de cine que nos conecta con nuestras raíces y nos muestra el mundo entero con una selección de películas de alta calidad. Esta es nuestra oportunidad anual de ver cine de nuestros países.

Entre las variadas secciones del festival y los cientos de cintas seleccionadas no son muchas las que vienen de América Latina o España, pero siempre dejan huella en los espectadores y en el jurado. Por dos años consecutivos se han otorgado premios a varias películas hispanas. En el 2013, Diego Peretti, psiquiatra argentino, sin formación como cineasta, ganó el reconocimiento de Mejor actor tras una actuación sublime en La reconstrucción. Dos cortos latinoamericanos recibieron premios también: Reality 2.0, realización méxico-alemana, Mejor corto de animación; y La reina (Argentina), mención especial en la categoría Child Protection Award. En 2012, otro actor latinoamericano ya se había llevado el galardón al Mejor actor, Gael García Bernal en NO, la película chilena que narra la campaña publicitaria en el plebiscito de 1988 contra el general Pinochet. Los cortometrajes también fueron galardonados en ese año: el corto argentino 9 vacunas se llevó el premio al Mejor corto y La sonrisa oculta (España) el de Mejor corto documental.

Este año, no ha sido uno de premios para el mundo hispano en el Festival de Abu Dhabi, pero ha sido igualmente inolvidable para nosotros ávidos espectadores. El único premio, el Premio del público, se lo llevó Sal de la tierra de Juliano Ribeiro Salgado y Win Wenders. Este documental, sobre el reconocido fotógrafo de Brasil, Sebastiao Salgado, documenta su épico viaje por el mundo con su cámara, incluyendo a una América oculta desde la Patagonia hasta México. Pudimos apreciar, además, dos documentales en competencia: Marmato, una coproducción colombo americana, sobre minería ilegal y resistencia pacífica contra las compañías multinacionales que quieren tomarse las minas de oro de un pueblo colombiano, y Eco de la montaña, la historia de Santos de la Torre, un indígena Huichol mexicano y artista visual que tiene un mural en una de las estaciones del metro de Paris a pesar de vivir en el olvido.

En el 2014, no hubo películas hispanas en competencia durante el Festival. En la sección Showcase, en la cual se escogen películas recientes de todo el mundo de alta calidad, se presentó Conducta, la selección oficial de Cuba a los premios Oscar, y Refugiado un poderoso film sobre abuso doméstico del aclamado director argentino Diego Lerman. En Nuevos horizontes, la sección de películas innovadoras tanto en tema como en técnica narrativa, estuvo el thriller español, Una chica mágica, con excelente recepción de la crítica. Además, se incluyeron dos cortos españoles en competencia: Los dinosaurios ya no viven aquí y Pacifier and Blowpipe y el estreno mundial del corto argentino, Las luces.

A una semana de terminado el Festival; y después de diez días de buen cine tenemos todavía la alegría de habernos reencontrados con nuestros paisajes. En estas películas, nos hemos confrontado con nuestros problemas y con nuestros retos, y los hemos compartido y exorcizado en la gran pantalla. Ese es el verdadero premio del cine.

En la foto de portada, Patricia Mogollón y Dixon Moya -en el centro- junto a asistentes a la presentación de Marmato, documental colombiano, entre ellos la profesora Claudia Mejía -a la derecha-. 

"El Festival de Cine de Abu Dhabi nos ha reencontrado con nuestros países"
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