sábado. 20.04.2024

Detalle de los jóvenes participantes en la vigilia de la oración. Detalle de los jóvenes participantes en la vigilia de la oración.

(Texto: Huelvaya.es) La aparición del Papa Francisco por las grandes pantallas dispuestas en la plaza del Real se convirtió en el momento final de una noche festiva que culminó los tres días de Jornada Pastoral de la Juventud (JPJ) y que ha sido clausurado en la mañana del domingo a la conclusión de la Eucaristía de envío, presidida por el arzobispo de Granada, Mons. Javier Martínez, y concelebrada por el resto de prelados andaluces y los números sacerdotes participantes en el encuentro. Los jóvenes siguieron en directo la Vigilia de Oración de la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, expresión suprema de la comunión vivida en estos días entre los jóvenes presentes y con toda la Iglesia Universal.

Por su parte, la ‘Fiesta de los carismas’, celebrada la tarde del sábado en la casa Hermandad de Umbrete, situada en la plaza del Chaparral en la aldea almonteña, se convirtió en un espléndido muestrario de la diversidad de la realidad eclesial y aportando espiritualidad de comunión a un encuentro que, de suyo, ha asistido a la perfecta compenetración de jóvenes participantes de pertenencias tan variadas como las del Movimiento Scout Católico, las hermandades y cofradías, el Camino Neocatecumenal, Christifideles laici y tantos otros como tiene la Iglesia para desarrollar su actividdad pastoral juvenil. Otros muchos movimientos, asociaciones y comunidades, aportando también propuestas para su vida adulta en la fe, contaron con stand en esta muestra, como el caso de las comunidades religiosas, entre las que estaban las Madres Agustinas o las Hermanas de la Consolación, ambas de Huelva, o las Carmelitas Misioneras de Trigueros.

La vigilia de oración, acompañada por la exquisitez musical del Coro Interdiocesano, creado para la ocasión, contó con momentos muy variados, algunos de ellos cargados de una fuerza capaz de conmocionar a los más de seis mil asistentes que, finalmente, se dieron cita en una plaza del Real donde apenas se dejaba ver sus arenas: canciones, danzas, momentos de oración y testimonios, vídeos… una noche intensa en la que también los participantes tuvieron la oportunidad de recibir el sacramento de la Reconciliación.

Ahora regresan ya los jóvenes peregrinos de nuevo a sus diócesis de origen, seguramente con la huella de unos días inolvidables y un mayor convencimiento sobre su ser discípulos y misioneros en medio de un mundo necesitado de esperanza. Los jóvenes, que son el presente de la Iglesia, han sido enviados por sus obispos a contagiar, en medio de sus ambientes, el entusiasmo y la alegría que supone en sus vidas ser seguidores de Jesús.

Mientras, en la aldea quedan el grupo de voluntarios, algunos de ellos presentes en El Rocío desde hace dos semanas, para concluir la recogida de todo el dispositivo que un encuentro como este necesita. Mañana tendrán la ocasión de celebrar una Eucaristía de acción de gracias por todo lo vivido estos días, a los pies de la Virgen del Rocío.

El Papa Francisco levanta pasiones en El Rocío
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