Anwar Gargash ha contestado este sábado por la noche a los comentarios que el emir de Qatar hizo en el Foro de Doha, asegurando que su país solo negociaría el fin de la crisis del Golfo si el bloque liderado por Arabia Saudita dejara de lado las prohibiciones de viajes y comercio.
El ministro de Estado de Asuntos Exteriores de Emiratos realtó que si bien el gobernante de Qatar "rechazó la interferencia en los asuntos internos de su país, persiste en interferir en los asuntos de su vecino y de la región a través de las políticas de su país".
A Gargash esta postura le recuerda al gobernante anterior y no cree que bajo el emir Sheikh Tamim bin Hamad Al Thani haya un cambio significativo en las políticas del país "que permita a los jóvenes líderes manejar los asuntos de manera realista".
Asimismo, el ministró emiratí considera que la división del Golfo está llevando a los ciudadanos de Qatar a cuestionar las políticas del gobierno.
"Está claro que el régimen de Qatar es consciente de que sus ciudadanos ven su desconexión de la región del Golfo como una gran crisis existencial y una situación anormal, por lo tanto, se ven los intentos desesperados de Doha para reconciliarse sin abordar las causas reales del conflicto",aseguró Gargash.
En lugar de intentar reducir la crisis, Gargash cree que Qatar todavía estaba inflamando las tensiones.
“Como parte de la serie de errores de Qatar que empeoraron la crisis está el ataque malicioso a Arabia Saudita recientemente y el papel provocador de Turquía contra Riyadh en organizaciones occidentales e internacionales. [Pero] las noticias sobre los esfuerzos a puerta cerrada se filtran más rápido de lo que espera Doha”, dijo.
Gargash también dijo que las medidas tomadas por Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Egipto contra Qatar pretenden "cambiar el curso destructivo", tomado por Doha.
También dijo que cree que Doha recuperará sus sentidos y regresará a su entorno del Golfo "en el momento adecuado".
La crisis del Golfo comenzó en 2017 cuando Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Egipto cortaron los lazos comerciales, diplomáticos y de viaje con Doha por lo que llamaron su desestabilizadora influencia regional.
