jueves. 28.03.2024

Desde un punto de vista de más de 50 pisos de altura, Ali Mansour mira hacia las islas que ayudó a construir hace casi dos décadas. "Fue un gran desafío", dice. "Una vez en la experiencia de vida."

Esas islas conforman la icónica Palm Jumeirah de Dubai, un archipiélago artificial con forma de palmera que alberga hoteles de lujo, playas vírgenes y casi 80.000 personas. "Fue una novedad", cuenta Mansour, "un proyecto sin precedentes a esa escala".

Mansour, ingeniero civil de profesión, se mudó de Canadá a Dubai en 1998 para trabajar con una empresa de consultoría. Observó desde la distancia cómo comenzaba el proyecto Palm en junio de 2001. "Sentí mucha curiosidad cuando se publicaron las primeras imágenes de satélite en 2002, que mostraban un pequeño pedazo de tierra emergiendo sobre la superficie del océano", señala. "Entonces decidí que haría lo que fuera para unirme a la empresa que está detrás del trabajo en este proyecto". Un año después, Mansour se unió a Nakheel, el desarrollador de The Palm. Hoy es asesor, director de proyectos de Nakheel Marine Engineering.

No se utilizó acero ni hormigón para crear la base de la isla; en cambio, el equipo usó solo arena y roca. Aunque Dubai está rodeada de arena del desierto, no podían depender de este abundante recursos del emirato. "La arena del desierto se licua una vez en el agua", explica Mansour.

Aproximadamente 120 millones de metros cúbicos de arena tuvieron que ser dragados y traídos desde el fondo del Golfo Arábigo a diez millas náuticas de las islas. Se extrajeron más de siete millones de toneladas de rocas de las montañas Hajar del norte de Emiratos Árabes Unidos.

Estas rocas forman el rompeolas en forma de media luna de 11 kilómetros de largo que protege la isla de grandes olas y fuertes vientos. Nakheel asegura que toda la roca y la arena que se usaron para construir la isla podrían formar una pared de dos metros de altura que daría tres vueltas al mundo.

La isla de 560 hectáreas es tan enorme que Mansour y el equipo utilizaron tecnología guiada por satélite para ayudar a construir la isla en forma de fronda. Mansour, que también es un maestro buceador, inspeccionó visualmente el rompeolas con cinco de sus colegas, "buceando juntos en paralelo y en diferentes niveles", dice. Mansour y su equipo tardaron diez semanas en completar la revisión. "Aunque teníamos el software más reciente", aclara, "soy una persona de la vieja escuela ... la inspección visual sigue siendo muy esencial para mí".

Durante los primeros 20 años de existencia de Palm, la única forma en que los visitantes podían ver toda la colosal estructura era desde un recorrido en helicóptero o saltando de un avión. Ahora, los visitantes pueden ver Palm desde la nueva plataforma de observación de 360 ​​grados de Nakheel, de 52 pisos de altura, llamada View at the Palm, que se inauguró en abril.

"Hemos agregado capa tras capa sobre capa de cosas para hacer en la Palm real, por lo que no es solo un lugar para vivir, sino que también es un gran destino turístico", dice Gail Sangster, directora de activos de Nakheel.

Como parte de la nueva Palm Tower programada para abrir completamente a finales de este año, View at the Palm es la última atracción de la isla, uniéndose a otras como el resort Atlantis y Palm West Beach. El año pasado, Palm Jumeirah también recibió un récord mundial Guinness por la fuente más grande del mundo. "El futuro de Palm seguirá y seguirá", dice Sangster.

Incluso Mansour, que ha visto prácticamente cada centímetro de la isla de cerca, no puede evitar emocionarse al ver la Palma desde lo alto. "Esta vista abierta de 360 ​​(grados) con todos los puntos de referencia en el continente y ver la isla en su totalidad es realmente asombrosa", concluye.

Palm Jumeirah, la icónica isla artificial de Dubai, cumple 20 años
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