El primer ministro libanés, Saad Al-Hariri, anunció en su discurso este domingo en la 7 Cumbre Mundial del Gobierno que se celebra en Madinat Jumeirah que tenía grandes ambiciones para su país y quería que el Líbano "se pareciera a Dubai".
Con anterioridad, su Alteza el jeque Mohammed bin Zayed Al Nahyan, príncipe heredero de Abu Dhabi y subcomandante supremo de las Fuerzas Armadas de los Emiratos Árabes Unidos, recibió a Al-Hariri. Durante la reunión, ambos discutieron las relaciones de hermandad entre los dos países y las formas de incrementarlas, además de revisar varios temas de interés mutuo. Al encuentro también asistió Anwar bin Mohammed Gargash, ministro de Estado para Asuntos Exteriores.
Hariri anunció el mes pasado la formación de un Gobierno después de nueve meses de estancamiento. A pesar de ganar las elecciones en mayo y convertirse en el primer ministro, el delicado sistema de poder compartido del Líbano lo llevó a un punto muerto.
"El nuevo Gobierno libanés abordará la corrupción endémica y garantizará que el país supere su crisis económica", explicó Saad Hariri, en la Cumbre.
"Lo más importante para mí es desarrollar un programa claro para enfrentar la corrupción y hacer las reformas necesarias para apoyar económicamente al Líbano. Hemos desarrollado un programa claro de reformas destinadas a abrir el camino a los inversionistas extranjeros", subrayó.
El Líbano tiene uno de los índices de deuda pública a PIB más altos del mundo, alrededor del 150 por ciento.
