viernes. 19.04.2024

El filme 'Diez días antes del matrimonio', del cineasta yemenita Amr Gamal, consigue gran éxito de público, pese a la crisis política existente desde 2015 en Yemen que devastó a la nación.

Aunque el realizador se mostró escéptico por el estreno en una ciudad demolida por la guerra, la cinta superó las expectativas, a pesar de estrenarse en un cine improvisado en la ciudad de Adén, una antigua península volcánica cuyos primeros registros datan de los siglos V y VII antes de Cristo.

"Esperé ansioso por saber si vendría alguien a ver la película, porque en las condiciones actuales no tenía sentido producir en este país", indicó Gamal.

"Nuestro mayor miedo consistía en que la gente no asistiera a la sala por la incertidumbre que se vive; la ciudad ha sido destruida y los sueños de muchos también", resaltó el director.

"Desafortunadamente muchas ilusiones se truncan por las guerras en el mundo árabe", añadió.

La historia narra las vicisitudes de una pareja en su lucha por casarse en medio del conflicto que golpea al país.

En este largometraje los protagonistas se ven obligados a posponer el matrimonio por las continuas disputas de grupos insurgentes que tomaron el control de buena parte de Yemen en marzo de 2015, aunque las protestas callejeras se iniciaron en 2011 contra la pobreza, el desempleo y la corrupción, según informa Prensa Latina.

Durante un paréntesis en el conflicto en Adén, la pareja intenta retomar el casamiento, pero las consecuencias de la guerra se lo impiden.

"El largometraje fue producido y filmado en Yemen durante la contienda y con un presupuesto de sólo 33.000 dólares; durante el rodaje, el equipo afrontó todas las dificultades acarreadas por una acción bélica, como cortes de energía y comunicación", señaló Gamal.

"Se trata de un reflejo de nuestras vidas, una obra que conmovió al público", explicó un espectador; otro, con su hija pequeña en brazos, resaltó lo indescriptible de la película.

De acuerdo con Gamal, el filme se realizó con la colaboración de los ciudadanos de Adén que al ver el movimiento de las cámaras y actores en las calles, les ofrecían agua, los animaban y en algunos casos, les brindaban gratuitamente sus hogares o tiendas para filmar.

Más de una semana después del estreno de este largometraje yemenita, la sala continúa llenándose cada noche y los ciudadanos de Adén traen a sus hijos, amigos y vecinos, contó el director.

La película constituye la primera de este realizador, así como uno de los pocos filmes yemenitas producidos a lo largo de las dos últimas décadas.

"En Yemen muchos cines cerraron debido a la guerra, pero nosotros los cineastas no nos damos por vencidos", concluyó Gamal.

El estreno de una película en Adén atrae al público pese a la guerra
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