jueves. 28.03.2024

Gravedad 0

"Sueño con que saldríamos todas flotando por las ventanas, cuanto más altas mejor, desempeñando algún baile colectivo semejante a aquel de las personas pájaro que no tienen miedo a caer"
Feto en el útero de una madre.

Últimamente me pregunto mucho sobre el tema de la gravedad. Esta fuerza que tira de ti hacia abajo confiriendo estabilidad. Una estabilidad que tiene que ver con un centro de la infinidad de centros del universo. A nivel cosmológico la gravedad se convierte en un concepto y la ausencia de gravedad en un hecho. ¿Qué pasaría si un día despertamos flotando sobre nuestros lechos con la cara pegada a la lámpara del techo? Estoy segura de que nos pondríamos 50 kilos de cemento en cada pierna y seguiríamos andando.

Pero, ¿y si nos diese igual que esta esfera sólida, que nos atrae hacia su todavía enigmático centro, revirtiese de nuevo la ingravidez? Sueño con que saldríamos todas flotando por las ventanas, cuanto más altas mejor, desempeñando algún baile colectivo semejante a aquel de las personas pájaro que no tienen miedo a caer.

Pues bien, como residente no nativa en esta era digital, tengo la sensación de que la gravedad cero es algo que va más allá de lo palpable, más allá de ‘el vaso se rompió porque resbaló de mi mano’. Que el vaso se rompa solo es importante para quien necesita sostener su forma material y concreta. Si pudiese adquirir una impresora 3D, me diseñaría mi propio vaso solo por el gusto de beber en él. En su defecto, ante la abrumadora sed, iría al propio manantial si fuese necesario, aunque este formase parte de una leyenda.

El mundo está repleto de perturbadoras ondas gravitacionales que tienen lugar en un caos espacio-temporal y que nos podrían conectar con lo primigenio. Dado que no he elegido la astrofísica como vía de exploración de la existencia, aunque no lo descarto –guiño–, he decidido por el momento abalanzarme sobre la metáfora como clave de la construcción de imaginarios que van más allá del mundo estable de centro único y atractivo.

Así, tras ser arrastrada por la corriente de nadie y perderme en las palabras ajenas, floto como quien pisó la Luna desde lo más sólido del núcleo terráqueo.

Gravedad 0
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