viernes. 29.03.2024

(Texto y fotos: R.P.U.) La nueva Ley de Emprendedores puesta en marcha el 28 de septiembre por el Gobierno de España ha abierto las puertas para que el sector inmobiliario nacional al menos pueda explorar fuera del país las posibilidades de venta de viviendas. El 'gancho' es el visado de residencia por inversión. Medio millón de euros son suficientes para lograrlo. Un precio que está al alcance de numerosos chinos, rusos o árabes que tienen en su punto de mira a Europa. El principal escollo para España es que otros países europeos cuentan con propuestas más atractivas: Grecia ofrece prácticamente lo mismo por 250.000 euros y Chipre por 300.000 euros. La competencia es brutal.

A pesar de ello, hay esperanza. Entre otras razones, tal como reconoce Félix de Diego, consejero delegado de Occidental Inmobiliaria, porque España tiene enorme tirón y, lo más importante, porque se aleja a grandes pasos de la situación de "colapso" económico. De Diego no tiene duda alguna de que los tiempos que vienen son prometedores. Hasta el punto de que, en la reciente visita que ha realizado a Emiratos Árabes Unidos para poner en marcha un stand de su grupo de empresas en el Global Village de Dubai, se ha mostrado convencido que el sector inmobiliario en España es hoy una inversión muy rentable que puede multiplicarse por dos a corto plazo.

¿Qué ha cambiado para que lo que hasta ahora eran puntos negros se transformen en brotes verdes? El empresario salmantino es contundente: "los americanos han decidido que se puede comprar en España". Según mantiene, Estados Unidos ha dado su 'bendición' a la recuperación económica española. Y no sólo eso. Además sus ciudadanos con poder adquisitivo están demostrando con hechos que llevar dinero a España es seguro y un excelente negocio. No puede haber mejor carta de presentación. Fundamentalmente, afirma, porque "la confianza se gana cuando comienza a entrar dinero en casa".

Félix de Diego se recorre literalmente el planeta llevando este mensaje, especialmente a Rusia y China. Pero también ha decidido adentrarse en el mercado de los Emiratos Árabes, donde hay muchos ciudadanos locales e inmigrantes adinerados, caso de sirios y libaneses, a quienes les han ido muy bien sus negocios en ciudades como Dubai y quieren asegurarse el poder viajar junto a su familia a la vieja Europa sin ningún tipo de trabas o estrechas restricciones temporales.

Por ello Occidental Inmobiliaria ha situado su punto de venta en el Global Village, un parque de atracciones culturales muy visitado por los locales que recuerda a las ferias españolas y que cuenta con pabellones de distintos países, fundamentalmente árabes. No obstante, España está presente vendiendo su marca y sus productos. Y entre ellos se encuentran las atractivas viviendas que De Diego ofrece en el lugar geográfico que más sueños despierta en la tierra de Alá: la Costa del Sol, en pleno corazón de Al Andalus. Y tienen precios asumibles para las carteras árabes: van de los 275.000 euros de un piso de 150 metros cuadrados de dos dormitorios y dos cuartos de baño con los amplios y selectos servicios que disponen las urbanizaciones de lujo, a los 750.000 euros de villas que más se podrían calificar como mansiones.

Nada del otro mundo para los ricos de Rusia, China o Emiratos. No sólo disponen en 'cash' del dinero para permitirse el capricho sino que además de rentabilizar la inversión pueden incluso alquilar la vivienda, con lo que a la vez que logran la residencia se garantizan ingresos para sufragar su coste. Los 500.000 euros que exige la ley hay que entregarlos en efectivo, pero se admiten préstamos con condiciones.

Félix de Diego, consejero delegado de Occidental Inmobiliaria, junto a la abogada española afincada en Dubai María Rubert. Félix de Diego, consejero delegado de Occidental Inmobiliaria, junto a la abogada española afincada en Dubai María Rubert.

El ambicioso plan de Occidental Inmobiliaria también exige organización. No todo es salir maleta en mano con folletos promocionales a la caza y captura del mercado internacional. Para ello la compañía cuenta en Emiratos Árabes con la imprescindible colaboración del despacho M/ Advocates, gran conocedor del país y del sector, y especialmente de la abogada española María Rubert, socia del bufete. Entre otras razones porque uno de los servicios que ofrecen a quienes finalmente deciden comprar una vivienda que les dé derecho a un visado de residencia por inversión es realizar todos los trámites desde el punto de origen. Los incómodos desplazamientos quedan descartados. El comprador no se tiene ni que mover de su domicilio. Y eso es algo que también suma puntos.

Félix de Diego es positivo. De hecho su grupo ha vendido viviendas incluso en Teherán, la capital de Irán. Su esfuerzo le cuesta. A su favor tiene una larga experiencia en el sector que comenzó con una promoción de viviendas en El Escorial en el año 1989. Aquel proyecto no salió como estaba previsto, pero logró capear con éxito el temporal. Y así ha seguido, luchando contra viento y marea y superando crisis y recesiones. Unas veces le fue muy bien y otras mal. Pero ha continuado en la brecha y hoy puede decir que está al frente de una de las empresas que levanta cabeza con algo más que solvencia.

Y aún le ha quedado tiempo para convertir la vivienda familiar de Salamanca, un palacio del siglo XV que su abuelo compró en 1921 y con sólo 21 años al obispo de la Diócesis, en un hotel que supera la idea que del lujo tiene el común de los mortales. Se llama Grand Hotel Don Gregorio, como su abuelo y como su padre, y se encuentra en el corazón de la capital salmantina, junto a la Plaza Mayor y a la Catedral y frente al Convento de San Esteban.

Una idea aproximada del nivel del establecimiento, del que Félix de Diego habla con la pasión y el orgullo de un padre sobre un hijo que supera todas las expectativas, la puede dar que organizan para sus exclusivos clientes corridas privadas en la plaza de toros situada en la finca del mito del toreo Pedro Gutiérrez Moya, más conocido como El Niño de la Capea. Y cuando dice corridas de toros quiere decir corridas de toros. Nada de similacros. Espectáculos con toreros de renombre que hoy ocupan el primer lugar del escalafón, trajes de luces, banderilleros, picadores, alguacilillos y hasta banda de música con clarines. Y todo para dos o tres espectadores que pueden contratar incluso el traslado en helicóptero. ¿Quién puede pagar semejante despliegue? Según Félix de Diego, muchos de los ricos que hay por el mundo, pero quienes más atracción sienten por la propuesta son los americanos y los chinos.

Pero esta es otra historia. Otra interesante historia que merece la pena conocer de un español que lleva a su país por bandera y difunde su buen nombre por todos los rincones del planeta en unos tiempos más que complicados. Es su reto. También la clave del futuro. Y no sólo para él sino para una tierra hoy herida llamada España.

Félix de Diego, un español que vende optimismo en Dubai
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