viernes. 29.03.2024

La vida de Suset Fagundo Vila es apasionante y cargada de experiencias. Salió de Cuba en el año 2002. Casada desde 1998 con un eminente cardiólogo iraní, que hoy es su única familia en Emiratos Árabes, ha vivido en Irán y desde hace unas semanas reside en Dubai.

Después de lo que califica como "habladurías baratas de muchos", y hasta de su propio padre, decidió convertirse al Islam y viajar a Shiraz, en la provincia iraní de Fars, donde la esperaba su esposo, su gran apoyo junto al del de su madre, que nunca le faltó.

A pesar de ser muy jovencita y su primer viaje a un lugar tan lejano y diferente y "con tan mala reputación" en su Cuba natal y el resto del mundo, marchó sin miedo, empujada por el amor a su marido y a su nueva religión. Anteriormente, Suset no profesaba ninguna religión, algo muy normal en la Cuba de los 90. 

"Abrí mi corazón al Islam luego de haber leído muchísimos libros. Con el Corán en mis manos hice mi viaje sola, con mucho orgullo y pensando en mi futuro", subraya Suset.

"Desde el momento en que llegué a mi nuevo país me adapté fácilmente a las nuevas costumbres y culturas, a las comidas, la vestimenta... Trabajé varios años como profesora de español y guía de turismo y, claro, pocas veces pude evitar mi carácter latino, al reír y al hablar tan alto como siempre lo he hecho, así como a expresarme líbremente, con mucho respeto, pero siempre directa y sincera", explica Suset.

La joven cubana subraya que amó a Irán y a su gente, aunque ahora, "lamentablemente y por motivos personales" que prefiere reservarse, ha salido del país.

Desde el año 2002 hasta el pasado 3 de julio del 2016, cuando el matrimonio se instaló en Dubai, vivió en Irán. Después de esos 14 años de residencia en el país persa, Suset manifiesta conocer a los iraníes como la palma de su mano.

"En estos años viajé mucho a Emiratos Árabes, por ello elegimos Dubai para iniciar una nueva etapa en nuestras vidas, y es como si hubiera vivido aquí toda una vida; en este país me siento respetada, segura y tranquila, algo muy importante para mi", añade Suset.

"Agradezco infinitamente, primero a Dios y al Islam, por guiarme hacia una vida sana, luego a mi esposo por ser mi madre, mi padre, mi amigo, y también a Irán ya que, con sus pro y sus contras, logró hacer de mi una mujer valiente e inteligente. Además me enseñó a no confiar en todo el mundo".

La vida, las malas personas y el estar tan lejos de su familia, sobre todo de su madre, la convirtieron en la mujer fuerte que es hoy.

"A mi Cuba la llevo en mi corazón y a veces la extraño, no puedo decir que eche de menos muchas cosas del país donde nací, pues aunque mis raíces no las pierdo, hace ya tiempo que me siento de esta parte del mundo", confiesa.

Suset, ahora que vive en Dubai, desea compartir momentos con latinos e hispanohablantes. En Irán no se relacionó con personas de su mismo origen. "Estoy en Dubai y espero poder hacer amistades buenas y vivir feliz. Quiero revivir en mi esa alegría latina, ese mundo hispano del cual me he alejado un poco", reconoce ilusionada la cubana. Y lo bueno es que ya ha dado el primer paso.

La historia de Suset, una cubana en Dubai
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