viernes. 19.04.2024

"Era el sonido del infierno". Con estas contundentes palabras describe Pacha, un residente del distrito del valle Momand, la explosión de la megabomba que el ejército de EEUU lanzó el pasado jueves contra objetivos terroristas en Afganistán.

La explosión de la bomba MOAB, conocida como "la madre de todas las bombas", se escuchó y se sintió en ciudades tan lejanas como Jalalabad, situada a 58 kilómetros al sur del lugar del impacto.

"Familiares nos llamaron para preguntar cómo estábamos tras escuchar el impacto desde áreas como Torkham, Morko, Khogyani y el resto de Nangarhar" dijo, Pacha, según publica The National. "Fue muy, muy grande, muy fuerte, se hicieron pedazos las ventanas y puertas en nuestra casa. Nos hizo sentir a todos como si fuéramos a desaparecer", explicó este residente. 

La mayoría de las familias que viven en la desembocadura del valle Momand, el último reducto de los combatientes de IS-Khorasan (ISK), aliados de Daesh en Afganistán y Pakistán, se habían ido a causa de los combates entre ISIL y las fuerzas de seguridad afganas, respaldadas por Estados Unidos. Los terroristas fueron rodeados en este rincón de Achin. Algunos civiles se quedaron pero no se han registrado víctimas civiles en el ataque.

El valle es un laberinto de túneles y cuevas que han sido excavados por los aldeanos para la minería, así como por los insurgentes afganos que datan de la ocupación soviética en la década de 1980.

Debido al terreno, la batalla se había atascado en la desembocadura del pequeño valle llamado Asadkhel, dijo Pacha. Los combatientes de ISIL habían construido trincheras y al menos cuatro operaciones dirigidas a desalojarlos fracasaron.

El pasado jueves, a las 5 de la tarde, comandos afganos y estadounidenses comandos fueron a cada casa de todos los pueblos en el radio de un kilómetro de Asadkhel, incluyendo la de Pacha, avisando a los residentes para que mantuviesen sus ventanas abiertas pero permaneciesen en el interior de sus viviendas con sus familias porque al final del día habría una gran bombardeo. 

Ahora, las fuerzas afganas y estadounidenses han acordonado la zona y aunque el fuego de armas pesadas se ha detenido algunos terroristas están todavía allí disparando armas pequeñas a las fuerzas de la coalición, dijo Pacha.

Afganos describen la explosión de la megabomba como "el sonido del infierno"
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