sábado. 20.04.2024

El destacado clérigo chií, Muqtada al Sadr, que encabeza el escrutinio parcial de las elecciones iraquíes del sábado pasado, es conocido en Estados Unidos por haber dirigido la milicia Ejército del Mahdi, que se levantó en armas contra la invasión estadounidense. 

El triunfo de Al Sadr ha sido especialmente abultado en Bagdad, la mayor circunscripción electoral del país a la que corresponden 69 escaños y donde prácticamente ha duplicado los resultados de sus contrincantes.

Una fuente de la Comisión Electoral, que pidió el anonimato, dijo a a la agencia de noticias EFE que la coalición de Al Sadr obtuvo 54 escaños, de los 329 del Parlamento, según los datos parciales. La popularidad del religioso, que no es candidato al Parlamento, se explica en parte por la red asistencialista que dirige, fundada por su padre y que tiene arraigo en zonas empobrecidas de Bagdad, en especial en el populoso barrio de Ciudad Sadr. El poder e influencia de Al Sadr quedaron palpables en las revueltas populares contra la corrupción que organizó en 2016 y en las que incitó a una turba a irrumpir en la sede del Parlamento, poniendo en apuros al Gobierno de Al Abadi.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Jim Mattis, dijo que respalda las opciones electorales de los iraquíes, a pesar del éxito sorpresivo del clérigo chiíta populista Moqtada Sadr, que luchó contra las tropas estadounidenses durante la guerra de Irak.  Sadr también ha cuestionado la presencia de las fuerzas estadounidenses en Irak, donde más de 5.000 efectivos militares están desplegados indefinidamente para evitar el resurgimiento del grupo Daesh.  "El pueblo iraquí hizo una elección. Es un proceso democrático en un momento en que la gente, mucha gente, dudaba de que Irak pudiera encargarse de sí mismo", dijo Mattis a los periodistas en el Pentágono. 

"Esperaremos y veremos los resultados, los resultados finales de las elecciones. Y respaldamos las decisiones del pueblo iraquí", agregó Mattis, un general retirado de cuatro estrellas de la Marina, sirvió en Irak y luego dirigió el Comando Central de Estados Unidos, que lidera las operaciones militares en Medio Oriente y Afganistán. Como comandante de la Infantería de Marina, vio a las tropas estadounidenses asesinadas por el Ejército Mahdi, principalmente en el distrito pobre de Bagdad, Ciudad Sadr, y en la ciudad sagrada de Najaf, más al sur. 

Todavía no está claro quién será el próximo primer ministro de Irak, con Sadr mirando a una coalición gobernante. El candidato preferido de Washington, el primer ministro Haider al-Abadi, quedó en tercer lugar. Sadr descartó asumir como primer ministro y manifestó su preferencia por la formación de una coalición de gobierno.

Si bien su familia de eruditos religiosos tiene estrechos vínculos con los revolucionarios islámicos en Irán y él pasó años viviendo allí, Sadr se ha rebelado contra Teherán y pretende que su influencia se reduzca drásticamente. 

Al Sadr publicó un mensaje a través de la red social Twitter, en el que de forma indirecta hacía referencia a más de diez formaciones políticas, con las que estaría dispuesto a formar un gobierno de "tecnócratas no partidistas".

El enemigo de Estados Unidos lidera las elecciones de Irak
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