Una empresaria en el emirato de Ras Al Khaimah supuestamente le ordenó a un hombre que escondiera narcóticos en el auto de su empleada, solo para que la arrestaran, deportaran y cancelaran su visa.
Una investigación iniciada por la Policía de Ras Al Khaimah condujo al arresto de cuatro personas: un drogadicto que admitió el crimen, el marido de la empresaria, la empresaria y el sobrino de la mujer. Según el fiscal, el grupo tramó la conspiración con el fin de que la empleada asiática fuera deportada.
De acuerdo con la hoja de acusaciones, el acusado principal confesó que colocó las drogas en el automóvil, pero afirmó que no tenía intención de hacerlo. "Estaba bajo la influencia de narcóticos en ese momento y no estaba al tanto de lo que estaba haciendo", explicó el hombre. También insistió en que nadie le solicitó que cometiera el delito.
El abogado defensor sostuvo que los otros acusados, la empleadora, su esposo y su sobrino, no tuvieron nada que ver con el incidente. "No estuvieron de acuerdo con el primer acusado en ocultar los cristales de estupefacientes en el automóvil y negaron los cargos".
Agregó que el hombre ya había admitido su delito y "nadie lo ha obligado a hacerlo".
Mientras el esposo de la mujer le dijo a la fiscalía que estaba involucrado, su abogado alegó que confesó solo porque no quería que su esposa fuera arrastrada a la acusación.
"El primer acusado ya tiene antecedentes penales, mientras que los cargos son infundados y no hay pruebas suficientes", sentenció.
El tribunal aplazó el caso hasta el 29 de mayo para el veredicto final.
