viernes. 29.03.2024

El uso corrupto del dinero de la ayuda internacional en Yemen por parte del personal de la ONU y las violaciones éticas de sus gerentes "no pueden quedar impunes", manifestó este lunes la subsecretaria general para Asuntos Humanitarios del organismo mundial, Ursula Mueller.

La alta funcionaria describió la presunta mala conducta como "desastrosa". “Realmente necesitamos investigar a las personas que están llevando a cabo estas actividades muy devastadoras", subrayó.

Un informe interno reveló a principios de este mes que más de una docena de empleados de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Yemen desviaron alimentos, medicamentos, combustible y dinero de aquellos que supuestamente recibirían ayuda.

Los auditores de la OMS descubrieron que entre 2016 y 2018 personas no calificadas tenían trabajos bien remunerados, depositaban millones de dólares en sus cuentas bancarias personales, aprobaban contratos sin control y hacían desaparecer toneladas de medicamentos y combustible donados.

Una segunda investigación sobre mala conducta en Yemen se centra en otra agencia de la ONU, Unicef, a raíz de un informe de que un miembro del personal permitió que un comandante rebelde hutí viajara en un vehículo de Naciones Unidas.

También se reveló a fines de julio que la alta gerencia de la Agencia de Obras Públicas y Socorro de Naciones Unidas, sumida en problemas de financiación, está bajo investigación por "conducta sexual inapropiada, nepotismo, represalias, discriminación y otros abusos de autoridad".

Los escándalos han dejado en duda la credibilidad de los procedimientos de la ONU y la labor general que desarrolla. "Cualquier mancha de fraude o corrupción es un desastre", concluyó Mueller.

La propia Unicef hace constar en su página web que "cuatro años después del inicio del conflicto en Yemen, el país vive una catástrofe humanitaria que repercutirá negativamente incluso en las generaciones futuras".

En concreto apunta que "el 80% de la población necesita ayuda; los niños y niñas son víctimas directas de la guerra y también pagan las consecuencias indirectas de la misma, ya que no tienen acceso a los servicios más básicos porque los sistemas de agua y saneamiento están colapsados, y se han cerrado centros de salud y escuelas". 

En esta situación la población hace frente a una de las peores crisis alimentarias del mundo y a uno de los peores brotes de cólera. Y, pese a ello, la corrupción continúa.

Saltan todas las alarmas por presuntas corruptelas de la ONU en Yemen
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