jueves. 28.03.2024

Aviones de combate bajo el mando del mariscal Khalifa Haftar, hombre fuerte de Libia, bombardearon este domingo la base aérea de Maitiga, único aeropuerto civil operativo en la capital.

"El ataque logró los objetivos que perseguía", aseguró a la prensa local sin ofrecer más detalles una fuente de Seguridad en la ciudad de Bengazi, capital del este del país.

El llamado Ejército Nacional Libio (LNA), controlado por Haftar, tiene superioridad bélica en el aire gracias a los drones de fabricación china "Wing loong II" y los pequeños aviones IOMAX y Calius B-250.

La intensificación de los bombardeados sobre Maitiga, desde donde despegan los drones Bayraktar TB2 de fabricación turca que apoyan a las milicias aliadas al gobierno sostenido por la ONU en Trípoli (GNA), obligó la semana pasada a cerrar el tráfico aéreo en la capital, desde entonces aislada.

Los bombardeos del domingo se produjeron escasas horas después de un intenso combate artillado en tierra que causó la muerte a una treintena de soldados de Haftar y causado heridas a casi un centenar más.

La ofensiva fue lanzada por el GNA en todo el arco rural que rodea al antiguo aeropuerto internacional de Trípoli, en el sur de la capital, objetivo que ambos contendientes persiguen desde que el pasado 4 de abril Hafter emprendiera el cerco a la capital, único territorio que no domina junto a la ciudad-estado de Misrata.

Desde entonces, los combates han segado la vida de más de un millar de personas, causado heridas a más de 10.000 y obligado a más de 30.000 familias a abandonar sus hogares y a convertirse en desplazados internos.

Los enfrentamientos, concentrados desde hace días en las localidades de Marzuq y Gharyan, en el sur de la capital, han afectado también gravemente a los miles de migrantes que se encuentran hacinados en centros de detención gobernados por milicias afines al GNA.

Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyera militarmente a la victoria de los diferentes grupos rebeldes sobre la dictadura de Muamar al Gadafi.

Desde el fallido plan de paz de la ONU de 2015 tiene dos gobiernos, uno reconocido por la comunidad internacional e impuesto en Trípoli, y otro bajo tutela de Haftar, un ex miembro de la cúpula gadafista que en los años ochenta fue reclutado por la CIA y se convirtió en el principal opositor a Al Gadafi en el exilio.

El GNA cuenta, asimismo, con el apoyo de la ciudad-estado de Misrata, enemistada con Haftar y apoyada militarmente por Turquía e Italia.

De la situación actual se benefician decenas de señores de la guerra y milicias de tendencia islamista radical dedicados al contrabando de armas, personas y combustible, verdadero motor de una economía nacional destruida.

Bombardean el único aeropuerto civil operativo en la capital Libia
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