viernes. 29.03.2024

La tecnología de cifrado está ganando terreno aceleradamente en México, impulsada por el crecimiento de una economía cada vez más digitalizada y por el aumento global del delito cibernético.

Un estudio publicado por el Instituto Ponemon en noviembre reveló que el porcentaje de empresas con una estrategia de cifrado implementada había aumentado de 26 por ciento en 2015 a 36 por ciento en 2019. Aún estando por debajo del promedio global de 45 por ciento, este ritmo de crecimiento de iniciativas de cifrado se encuentra entre los más rápidos del mundo.

El 'Estudio de Tendencias de Cifrado 2019/2020', que encuestó a 499 personas en 15 sectores, también encontró que el porcentaje de empresas sin plan o estrategia había caído de 23 por ciento a 17 por ciento, entre 2015 y 2018. Alrededor del 56 por ciento de los encuestados dijo que la razón principal para encriptar la información es la protección de sus datos.

Fintech y protección de datos

A medida que aumenta la amenaza de ataques cibernéticos, se produce un mayor enfoque en la protección de datos.

México es el tercer país más vulnerable a los ataques cibernéticos en América Latina, según un estudio reciente de la compañía de seguros Lockton. Datos oficiales del gobierno muestran que el fraude en línea creció un 35 por ciento interanual en el primer semestre de 2019, lo que le costó al sector bancario unos 11.7 mil millones de pesos mexicanos (US$ 599.2 millones) durante este período.

Además de su potencial para combatir el fraude, el uso de tecnología financiera (fintech) debería generar beneficios en términos de inclusión financiera.

Se estima que el 44 por ciento de los mexicanos permanece fuera del sistema bancario, siendo el tema de la seguridad uno de los principales obstáculos para su inclusión formal en el sector. Mejorar la seguridad ha sido uno de los factores motivadores detrás de la evolución, en los últimos dos años, hacia una mayor sofisticación en el marco operativo de servicios financieros y protección de datos. Todo esto ha sido impulsado por la implementación de la Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera, conocida como la Ley Fintech.

Aprobada por el Congreso en marzo del año pasado, la ley obliga a las empresas de tecnología financiera a tener políticas integrales de confidencialidad y de seguridad de la información, así como a proporcionar evidencia de un soporte tecnológico adecuado para proteger los datos de sus clientes.

Se espera que esta legislación impulse la transparencia e incentive una gestión más coherente de los datos de transacciones financieras, lo que a su vez se espera mejore la inclusión en el sistema bancario, al facilitar la expansión de la tecnología financiera.

Siendo una de las primeras leyes de este tipo en el mundo, esta medida ha permitido que México tome la delantera en la región.

Sin embargo, dado el complejo panorama legal para las empresas fintech en México, que incluye una ley de protección de datos separada, algunas personalidades de la industria están preocupadas de que esta ley pueda disuadir a las empresas fintech de darle la prioridad necesaria a la protección de datos dentro de sus ecosistemas de operaciones generales.

Ampliando la protección a las PYME

Además de los esfuerzos para salvaguardar la información de sus clientes, las empresas se centran cada vez más en proteger sus propios datos y su propiedad intelectual.

En particular, las empresas involucradas en la fabricación de alta tecnología y alto valor agregado enfrentan el desafío de proteger datos industriales a gran escala y altamente valiosos de amenazas cada vez más sofisticadas.

En México, las empresas que centran su exportación principalmente hacia los Estados Unidos y la UE, especialmente en los sectores automotriz, aeroespacial y electrónico, son las que están particularmente activas en la implementación de sistemas de seguridad digital.

Por otra parte, las pequeñas y medianas empresas (PYMEs) se enfrentan a un conjunto único de desafíos, al combatir las amenazas de ciberseguridad. Muchos paquetes de protección de software siguen siendo financieramente inviables para las PYMEs. Dado su tamaño y su reducida capacidad institucional para hacer frente a los ataques cibernéticos, tales eventos podrían tener repercusiones serias, tanto financieras como operativas.

A pesar de estos retos, existe un importante potencial de crecimiento en el segmento: las PYMEs representan el 72 por ciento de los empleados y el 52 por ciento del PIB.

"No hay suficiente inversión en protección de datos en México, lo que presenta grandes oportunidades para las compañías que ofrecen soluciones", dijo a OBG Frederico Beling Dias Correia, CEO de Unisys México. "La seguridad y protección de datos se convertirá en el próximo nicho de crecimiento para las compañías de soluciones en México, y será un componente clave del sector de las TIC a medio y largo plazo".

¿Cómo se preparan las empresas mexicanas en materia de seguridad cibernética?
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