jueves. 25.04.2024

A lo largo de su vida, la artista mexicana Myriam Kruisheer-Ortega ha pasado por tantos países que le cuesta, incluso, recordarlos cuando echa la vista atrás. La última etapa de su biografía la ha escrito en Emiratos Árabes Unidos, donde ha residido desde 2013 y donde ha firmado muchos de los logros de un propósito vital como artista que va mucho más allá del lienzo.

Kruisheer-Ortega, que deja ahora Emiratos para trasladarse a Holanda -al menos de momento-, se define como una “artista multidisciplinaria” en una entrevista para EL CORREO DEL GOLFO. Cuando se enfrenta a la creación artística, profundiza en una cultura, en su escritura, su manera de vivir, su historia y su religión y la plasma en “encuentros culturales”, explica.

“Fascinada por la belleza de la escritura árabe”, cuando la mexicana inició su segunda y, por ahora, última etapa en Emiratos, se dirigió a la Escuela de Caligrafía de Sharjah, donde tuvo que romper prejuicios en un ambiente que, de entrada, le pareció hasta “hostil”.

“Me costó trabajo que me aceptaran siendo cristiana, mexicana, una persona con otra cultura; cuando entré todos estaban callados, vestidos como árabes, todos eran musulmanes, muy amables, pero no me dieron mucha esperanza”, confiesa Kruisheer-Ortega. Sin embargo, la mexicana insistió en su condición de alumna de caligrafía y llegó incluso a ser considerada “estudiante honoraria” por el jeque de Sharjah.

En aquel momento, explica Kruisheer-Ortega, “era muy desconocida la historia de los Emiratos y la escritura árabe, había mucha confusión en que si la escritura y el arte tenían que ver con la religión, me pareció esencial conocernos para podernos entender, y solo entendiendo su historia podemos hacerlo”. Su intención al acercarse a la caligrafía árabe, advierte, estaba “muy dirigida hacia la desmitificación del arte”.

“EL CORREO DEL GOLFO ha tenido mucho que ver a la hora de eliminar diferencias entre la comunidad hispanoparlante , nos ha unido a través del idioma"

A lo largo de años integrando la cultura árabe en numerosas obras y exhibiciones, Kruisheer-Ortega ha podido comprobar la “buena relación” entre esta cultura y la hispana. “Hay muchas raíces de la cultura árabe en el mundo hispano, sobre todo en la Península iIérica; a través del arte se han ido refrescando estas raíces, renovando, y ellos mismos las están redescubriendo”, considera la artista. “Creo que esa relación es sana, hay una relación de admiración mutua entre la cultura árabe y la hispana por los muchos factores que tenemos en común, fundamentalmente el respeto a la familia”, afirma Myriam.

Myriam Kruisheer-Ortega, junto a su esposo, Kees Kruisheer. (EL CORREO)

Ese “interés mutuo entre ambas partes por conocerse” se plasma en diferentes facetas culturales. “A los árabes les encanta la historia, la música, el factor familia y la alegría hispana”, revela Kruisheer-Ortega, que ha podido comprobar esta realidad en su trato con la comunidad local emiratí. “Cuando yo llegué, la escuela de Sharjah parecía un convento, pero ellos finalmente abrazaron el entusiasmo que tenemos los latinos”, señala divertida.

Un papel fundamental en el fortalecimiento de esta relación lo ha tenido la comunidad hispana en Emiratos, que Kruisheer-Ortega considera una “gran fuerza política y económica”. El idioma, dice, “ha eliminado diferencias entre la comunidad hispanoparlante”. Para ello, afirma, ha resultado clave la labor de este periódico. “EL CORREO DEL GOLFO ha tenido mucho que ver, nos ha unido a través del idioma”, asegura la mexicana, que también destaca la labor desarrollada por los diplomáticos y organizaciones como el Club de Damas Latinas de Dubai.

"La embajadora Francisca Elizabeth Méndez ha dado visibilidad a los artistas mexicanos que están en Emiratos”

Como mexicana, Kruisheer-Ortega ensalza, particularmente, la labor de su embajadora en Emiratos Árabes Unidos, Francisca Elizabeth Méndez, que, según apunta, “ha dado visibilidad a los artistas mexicanos que están en Emiratos”. La artista considera que la embajadora de México es “una diplomática de cepa, que tiene mucho interés por su gente". Su admiración personal por ella llega al cariño. “Estuve mucho tiempo buscando a alguien que apoyara el arte mexicano y ella fue la primera persona que visitó cada una de las exhibiciones, la primera fue la mía”, recuerda.

Hay numerosas instituciones locales en Emiratos que están apostando por dar fuerza a esa relación entre lo hispano y lo árabe y Myriam ha trabajado directamente con muchas de ellas. Como ejemplos, la artista mexicana cita a las autoridades culturales de Sharjah, la Fundación Al Qasimi en Ras Al Khaimah, el Ministerio del Interior en Abu Dhabi y la Fundación Mohammed Bin Rashid Al Maktoum en Dubai. Sobre estos últimos, Kruisheer-Ortega destaca que ofrece lecciones gratuitas de árabe.

Myriam Kruisheer-Ortega lee el Anuario 2020 de EL CORREO DEL GOLFO. (EL CORREO)

La árabe, analiza la artista, “es una cultura que te acoge en cuanto ellos entienden que hay un interés genuino y un respeto por ella, te acogen y te hacen familia, eso es indudable”. Myriam puede hacer esta afirmación porque además de conseguir el respeto institucional ha hecho “numerosos amigos” en su etapa en Emiratos y muchos forman parte de la comunidad local. Entre ellos destacan las mujeres de una tribu beduina en Umm Al Quwaim, con las que la mexicana ha atado fuertes lazos basados en la confianza. Y esta conexión fue desde el principio. ”No podía creer que alguien que me veía por primera vez tuviera la confianza de prestarme sus animales, le pedí un camello para una fiesta infantil y me prestó dos”, comenta.

“Desafortunadamente el entendimiento cultural no avanza igual en otras partes del mundo, donde se estereotipa a grupos de personas; Emiratos ha hecho una gran labor para quitar este tipo de perjuicios"

Para Kruisheer-Ortega, que ha vivido en países como Suecia, Holanda, Bélgica, Gabón, Kenia, Kazajistán, Turquía, Grecia, Egipto o India, gran parte del mérito de la idiosincrasia emiratí lo tienen sus autoridades. “Desafortunadamente este entendimiento cultural no es así en otras partes del mundo, donde se estereotipa a grupos de personas, pero Emiratos ha hecho una gran labor para quitar este tipo de perjuicios que, al final, acaban afectando a la economía”, destaca. Especialmente, la mexicana subraya el “poder de autocorrección” de la nación emiratí. “Verdaderamente ellos tratan de ser mejores, pero no mejores que otros sino ir mejorando su propia cultura”, reconoce.

Que un país cristiano recibiese a un imán musulmán de la forma en que lo hizo Emiratos con el Papa Francisco en febrero de 2019 sería poco probable en estos momentos, admite la artista. “En Holanda, por ejemplo, donde voy ahora, había mucha libertad de expresión de culto, el problema fue cuando empezaron a hacer células en esos lugares para otros propósitos, sí, había libertad pero echaron a perder esa oportunidad, no sé quién lo hizo pero así pasó”, analiza Kruisheer-Ortega.

La mexicana deja ahora Emiratos como residencia pero no dice adiós a esta tierra. “Pienso volver, tengo varios proyectos culturales, exhibiciones cerradas hasta diciembre”, anuncia. Para el futuro tiene muchos proyectos, entre ellos aceptar la invitación de destinos como Taiwán o Australia, donde le han propuesto dar charlas sobre cómo lograr la paz por medio del arte. Aunque las propuestas la motivan, de momento, tendrán que esperar. “Ahora tengo muchas ganas de disfrutar de la familia”, confiesa.

“El respeto a la familia es un gran factor de unión de las culturas árabe e hispana”
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