viernes. 29.03.2024

Los fiscales estadounidenses presentaron una demanda para confiscar la gasolina a bordo de cuatro petroleros que Irán está tratando de enviar a Venezuela, el último intento del Gobierno de Trump de aumentar la presión económica sobre los dos enemigos estadounidenses.

La demanda, presentada el miércoles por la tarde en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito de Columbia, fue seguida el jueves por una orden emitida por el juez de distrito James Boasberg para la incautación de más de 1,1 millones de barriles de gasolina en los cuatro buques.

Fuentes legales señalaron que la gasolina solo podría ser confiscada por las autoridades estadounidenses si los petroleros entraban en aguas territoriales de los Estados Unidos. Pero manifestaron que las acciones podrían ayudar a impulsar a otros países a cooperar en la incautación del combustible.

La escasez de gasolina en Venezuela, país que como Irán son miembros de la OPEP, se ha agudizado debido a las sanciones de Estados Unidos, y Caracas ha sufrido un colapso económico. Aún así, Maduro ha aguantado.

En la demanda de decomiso civil, los fiscales federales de EEUU tienen como objetivo detener la entrega de gasolina iraní a bordo del Bella, Bering, Pandi y Luna, con bandera de Liberia, según la demanda, informada por primera vez por The Wall Street Journal.

La demanda también tiene como objetivo detener el flujo de ingresos de las ventas de petróleo a Irán, que Washington ha sancionado por su programa nuclear, misiles balísticos e influencia en todo Oriente Medio. Teherán defiende que su programa nuclear es para fines pacíficos.

Washington ha estado utilizando cada vez más la confiscación civil para detener el comercio ilícito que involucra a Irán y Venezuela, complementando su política de sanciones, según Evelyn Sheehan y Beau Barnes en Kobre y Kim, una empresa especializada en disputas e investigaciones. "La política estadounidense hacia Venezuela e Irán se centra en negar a ambos regímenes el acceso a moneda extranjera", dijo Sheehan, quien también fue fiscal del Departamento de Justicia de Estados Unidos. "Interceptar cargas de gasolina con confiscación civil es una forma novedosa de lograr ese objetivo".

Zia Faruqui y otros dos abogados asistentes de EEUU alegan en la demanda que el empresario iraní Mahmoud Madanipour, afiliado al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, o IRGC, ayudó a organizar los envíos al cambiar los documentos sobre los petroleros para evadir las sanciones estadounidenses. La demanda asegura que desde septiembre de 2018, la élite Quds Force de la Guardia Revolucionaria ha movido el petróleo a través de una red de envío sancionada que involucra a docenas de gerentes de barcos, buques y facilitadores.

Las embarcaciones que transportaban gasolina iraní participaban en transferencias de barco a barco para evadir las sanciones. 

El año pasado, el Gobierno de Trump no pudo detener un buque cisterna que transportaba 2,1 millones de barriles de petróleo iraní, el Adrian Darya, anteriormente conocido como Grace 1. El petrolero fue originalmente confiscado por los comandos británicos de la Marina Real bajo sospecha de estar en camino a Siria, pero fue liberado en Gibraltar. 

Según informa la agencia de noticias Reuters, el petróleo finalmente se vendió al Gobierno de Assad en Siria.

Estados Unidos busca confiscar los petroleros iraníes con destino a Venezuela
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