jueves. 28.03.2024

Las manifestaciones espontáneas que se suceden desde hace días en la provincia de Juzestán en Irán por el desabastecimiento de agua aumentan cada día en número e intensidad. 

Las protestas populares se están reproduciendo también en el noroeste de Irán.

Los iraníes se echaron a la calle hace más de una semana para protestar no solo por la falta de agua sino también por la carencia de otros bienes básicos, crisis agudizada por el Covid 19

La Agencia de Noticias de los Activistas de los Derechos Humanos (Hrana) informó este fin de semana de que había "identificado diez muertos y al menos 102 detenidos" durante  estas protestas.

El régimen iraní y la Policía atribuyen las manifestaciones a "grupos contrarrevolucionarios".

Vídeos subidos este fin de semana a las redes sociales y que se multiplican a cada minuto muestran a grupos de iraníes coreando eslóganes contra el régimen de los ayatolás en la ciudad de Tabriz, en el noroeste de Irán.

Los manifestantes en las provincias del suroeste de Irán se encuentran inmersos en la peor sequía de los últimos 50 años en la región, particularmente en Juzestán. 

Ante esta situación, la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, pidió el pasado viernes al Gobierno de Irán que, en vez de emplear fuerza excesiva para reprimir las manifestaciones en Juzestán, adopte medidas urgentes para abordar la escasez crónica de agua en esa provincia.

“El impacto de la devastadora crisis del agua en la vida, la salud y la prosperidad de la población de Juzestán debería ser el centro de atención del Gobierno, no las protestas llevadas a cabo por personas conducidas a la desesperación por años de abandono”, dijo en Ginebra la responsable de derechos humanos de la ONU.

Las autoridades iraníes llevan días desmintiendo las informaciones sobre represiones violentas en la zona y aseguran que la ayuda se enfrenta a dificultades por las sanciones impuestas por Estados Unidos.

En este sentido, el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Said Hatibzadé, indicó que la crisis del agua es el resultado de una serie de fenómenos naturales, especialmente la sequía de este año, así como una de las consecuencias de las "medidas coercitivas unilaterales impuestas a Irán", que han obstaculizado la transferencia de tecnología y la inversión en el sector del agua en la provincia.

Además, calificó de "injerencia" las declaraciones de Bachelet, que aseguró contienen "acusaciones falsas e información errónea". 

Hatibzadé acusó a Bachelet de formular comentarios que más bien tienen "un carácter hostil" al distorsionar la realidad sobre la respuesta del Gobierno a las protestas, y sobre la crisis en sí.

La guerra del agua en Irán deja un reguero de muerte
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