viernes. 29.03.2024

Un coronel de las fuerzas leales al expresidente yemení Ali Abdalá Saleh y dos rebeldes chiitas hutíes murieron en choques  en Yemen sin precedentes, que amenazan con transformar la capital, Saná, en un campo de batalla entre las dos facciones aliadas. El coronel Jaled al Rida murió este sábado por la noche en Saná, indicó en un comunicado el Congreso Popular General (CPG). La formación no citó directamente a los hutíes, aunque acusó a un "grupo que no tiene ninguna moralidad", una referencia apenas velada a los insurgentes chiitas.

Los combates en el norte de Yemen comenzaron después de que un convoy que transportaba al coronel Khaled Al Radhi y a uno de los hijos del expresidente Saleh, Salah, fuera detenido en un puesto de control de los hutíes cerca de la rotonda Al Misbahi en Saná este sábado.  Loss hutíes encargados del puesto de control pidieron a los guardias que acompañaban al convoy que enseñaran su documentación, pero se negaron, lo que provocó un intercambio de insultos.  Los guardias armados dejaron sus vehículos y comenzaron a disparar contra los hutíes, que devolvieron el fuego. Los combates continuaron durante varias horas, informaron los residentes y publica el diario The National.

El Partido del Congreso Popular General de Saleh anunció la muerte de Al Radhi este domingo, pero no culpó directamente a los hutíes, mientras que los rebeldes dijeron que dos de sus combatientes murieron. Este domingo se vivía una gran tensión en la capital, que suele ser relativamente tranquila a pesar de los bombardeos de la Coalición Árabe progubernamental liderada por Arabia Saudita.  Según varios habitantes, las fuerzas leales a Saleh se desplegaron masivamente en el lugar donde se produjeron los enfrentamientos, cerca de la plaza Sabyin, escenario tradicional de manifestaciones políticas.

El jueves, cientos de miles de partidarios del expresidente habían llenado esa plaza con ocasión del 35º aniversario del CPG, y Saleh, que dio un discurso, se guardó de criticar a sus aliados hutíes, con los que las relaciones han empeorado en los últimos meses.

La alianza entre Saleh y los hutíes se materializó en septiembre de 2014, cuando estos últimos tomaron la capital. Fue una unión contra natura, ya que Saleh había combatido a los rebeldes chiitas durante su presidencia (1990-2012), antes de abandonar el poder por la presión popular. Juntos, sus hombres lograron expulsar hacia el sur a las fuerzas progubernamentales, que fueron salvadas in extremis por la intervención de la coalición militar dirigida por Arabia Saudita en marzo de 2015.

Su colaboración ha permitido hasta el momento mantener el control de Saná e impedir que los partidarios del gobierno de Abd Rabo Mansur Hadi avanzaran hacia el norte.

Pero en los últimos tiempos hubo varios desencuentros entre el jefe hutí, Abdel Malek al Huti, de 38 años, y Saleh, de 75 años, que se acusaron mutuamente de "traición" en discursos televisados.

Saleh sugirió, entre otras cosas, que sus aliados eran una "milicia", y los rebeldes respondieron avisándole de que "tendría que asumir las consecuencias" de sus declaraciones.

Una ruptura entre los hutíes y Saleh podría alterar el curso de la guerra de Yemen, que ha continuado a pesar de varios intentos de resolución política bajo los auspicios de la ONU y se encuentra en un punto muerto, con los rebeldes controlando la mayor parte del norte mientras las fuerzas progubernamentales mantienen el sur . 

La Coalición, de la cual Emiratos Árabes Unidos es miembro, continúa realizando ataques aéreos contra posiciones rebeldes y está apoyando una ofensiva lanzada en enero para recuperar la costa del Mar Rojo de Yemen de los rebeldes. Sin embargo, los rebeldes todavía tienen el puerto clave de Hodeidah, a través del cual pasa la mayor parte de las importaciones de Yemen.

La guerra ha empujado al ya empobrecido país al borde del hambre, y ha matado a más de 8.400 civiles. También se enfrenta un mortal brote de cólera que ha causado más de 2.000 muertes y afectó a más de medio millón de personas desde finales de abril.

Este domingo, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, instó a las partes en conflicto en Yemen a permitir la ayuda humanitaria en el país, reabriendo el aeropuerto internacional de Saná y el puerto de Hodeidah, ambos en manos rebeldes.

Continúan la tensión y enfrentamientos entre rebeldes en la capital de Yemen
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