viernes. 19.04.2024

Wadah Refat y Mohamed Khaled, de 28 años y 31 años fueron ejecutados este jueves en la ciudad de Adén en el sur de Yemen. Los convictos fueron traslados esposados a una plaza pública. Antes de morir Mohamed bebió agua.

Los jóvenes, que fueron condenados por violar y asesinar a un niño de 12 años, fueron ejecutados por dos verdugos con rifles automáticos. 

Las ejecuciones públicas son comunes en Yemen: A principios de agosto del año pasado, tres hombres fueron ejecutados públicamente en una plaza de la capital de Yemen, Saná, tras haber sido declarados culpables de violar y asesinar a un menor. Las cadenas de la televisión en el país más pobre de la Península Arábiga mostraron imágenes grabadas con un dron de los tres ejecutados colgados por el cuello de una grúa en la plaza Al Tahrir, después de que un agente de la Policía les disparara uno a uno.

También este jueves múltiples personas se reunieron para presenciar la ejecución entre ellos muchos menores que siguieron el acto con ojos curiosos y grabaron en sus teléfonos móviles toda la escena.

"La ejecución pública es una violación de los derechos humanos aún más grotesca, particularmente en un país donde la capacidad de los acusados para obtener una representación legal adecuada y la cobertura del proceso es altamente limitada", apuntó al diario español El Mundo Sarah Leah Whitson, directora regional de Human Rights Watch.

Yemen es el escenario de una guerra civil entre los hutíes respaldados por Irán y el Gobierno central respaldado por Arabia Saudita y sus aliados. 

Decenas de miles de personas ha perdido la vida por el conflicto y cientos de miles de niños están en peligro de morir de hambre.

Ejecutados públicamente en Adén por el asesinato y violación de un niño
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