viernes. 19.04.2024

Cuando Oreste del Río Sandoval inició su carrera política no imaginaba que con 35 años estaría al frente de la Embajada de la República de Panamá en el Estado de Qatar. No le faltan méritos para haberlo logrado. Licenciado en Derecho y Ciencias Políticas y especialista en el ámbito corporativo e internacional, Del Río fue nombrado director de Política Exterior en Panamá en 2014 y, posteriormente, director de Relaciones Económicas Internacionales. Llegó a los países árabes para abrir una oficina comercial en Abu Dhabi, germen de la actual Embajada de Panamá en Emiratos Árabes Unidos (EAU), de la que fue consejero político y económico antes de dar el salto a Qatar. En Doha se siente feliz y asegura estar aprovechando al máximo una tarea que califica como una “oportunidad” para fortalecer el desarrollo del pueblo panameño.

¿Qué responsabilidades ha ejercido antes de llegar a la región del Golfo?

Soy abogado desde 2007 y he trabajado durante varios años en las mejores firmas de Panamá. Pertenecí desde muy joven a una organización sin fines de lucro, el Club Activo 20-30. Engloba a jóvenes de entre 20 y 40 años que tratamos de dedicar nuestras energías a interceder por los niños necesitados del país. También ayudé a fundar el Club Panamá Oeste. A nivel político resulté elegido secretario nacional de la Juventud del Partido Popular y luego fui el primer panameño electo presidente de la Juventud de la Organización Demócrata Cristiana, que es una organización política que envuelve a partidos con ideología social cristiana en 26 países de América y el Caribe.

En su etapa política en Panamá fue un abanderado de la lucha contra la corrupción. ¿Sigue vigente su compromiso?

Por supuesto, la sociedad evoluciona tanto en lo bueno como en lo malo y lo negativo hay que combatirlo con fuerza. Uno de los principales males que se viene dando alrededor del mundo es la corrupción. En ella se fermentan otras situaciones que afectan a la sociedad en su conjunto. Por ejemplo, si un gobierno toma el dinero que no debe para servir intereses personales hay menos presupuesto para invertir en estructura, salud, seguridad y, lo que a mí más me importa, para invertir en educación. Las sociedades se desarrollan y crecen con la educación, con la cultura, con personas capaces de aplicar ideas creativas que puedan impulsar el crecimiento social y de los pueblos. Por eso decidimos poner en marcha una iniciativa anticorrupción a la que llamamos Movimiento Patria Verde. La juventud también se vincula mucho con el medio ambiente y a nosotros nos corresponde cuidar el futuro, no sólo el nuestro sino el de otras generaciones.

¿Qué consiguieron?

Desde 2012 hasta 2014 tratamos de poner punto final a una situación que se venía dando en Panamá. Había un Gobierno que no estaba haciendo las cosas bien y nosotros, muy respetuosamente, hicimos protestas contra personas que se había demostrado que llevaron a cabo acciones que no podían explicar. Jamás hicimos protestas que afectaran a terceros. Cuando surgieron las sospechas exigimos a las autoridades que procedieran con una investigación más seria y ahí fue donde logramos el apoyo que tuvimos. Fue un movimiento que empezó con ocho jóvenes y que luego se convirtió en todo un país que nos respaldó y que hizo de nuestra lucha su bandera.

Qatar ha apostado por Latinoamérica y creo que la apuesta le va a salir muy bien

¿Con qué se ha encontrado a su llegada a Qatar?

Me he encontrado con un país que es una maravilla. Vengo de un país hermoso, de gente muy buena, muy luchadora y trabajadora, que tiene con esta tierra numerosas similitudes. No sólo es el tamaño, también las ganas de ser reconocidos, de dejar una huella en la historia mundial. Panamá y Qatar comparten muchas cosas importantes y lo que he hallado aquí es lo que espero que tenga mi país en el futuro. Siento que actualmente vivo en el futuro, y no solo porque aquí tenemos ocho horas adelantadas sino porque creo que esto es lo que, de alguna forma, en algún momento, nosotros podremos tener también si tomamos con más seriedad nuestro principal recurso, el humano. Tenemos riquezas naturales, pero están de más cuando no aprovechamos lo fundamental, que es la capacidad que tiene nuestra gente para trabajar en beneficio de nosotros mismos. Aquí he visto maravillas, mucha iniciativa, mucha construcción, mucho movimiento, pero también veo ese punto de concertación que tiene Panamá. Panamá se ha convertido en un país que promueve el diálogo, un país que trata de ser puente para acuerdos, un país que no levanta muros sino que abre canales para la comunicación. Prueba de ello fue lo que sucedió en la cumbre de las Américas de 2015, donde los presidentes Barack Obama y Raúl Castro se dieron la mano cordialmente y miraron hacia el futuro para construir una nueva historia en las relaciones de EEUU y Cuba después de más de 40 años de enfrentamiento. Eso ocurrió en Panamá. Y Qatar, de una manera u otra, está tratando también de promover el diálogo entre naciones que llevan varias décadas luchando. La meta es lograr la paz en la región.

¿Abundan los hispanoparlantes en Qatar?

Es importante la cantidad de hispanoparlantes que tenemos en Qatar. La verdad es que es un país abierto al trabajo, que recibe muy bien a las personas que vienen con intenciones de progresar, de cumplir sueños. Aquí he visto muchos españoles, muchas personas no necesariamente hispanoparlantes pero sí latinoamericanas, como es el caso de los brasileños. Hay numerosos ciudadanos de El Salvador empleados en la aviación. Y también tenemos un hospital que cuenta con más de 400 funcionarios cubanos.

Oreste del Río Sandoval, embajador de Panamá en Qatar, posa tras la entrevista. (EL CORREO)Es decir, que la comunidad latina se deja notar.

Por supuesto que sí. El tamaño del país en este momento es beneficioso porque nos ayuda a compenetrarnos más y a tener un grupo hispano mucho más unido. Doha, la capital, es una ciudad acogedora con un territorio no muy grande. Es imposible que no te encuentres con una persona latina con cierta frecuencia. Además, se promueven encuentros de la comunidad varias veces al mes.

De hecho, veo que el Grupo de América Latina y el Caribe (GRULAC) funciona de forma más activa en Qatar que en otros países de la región del Golfo.

Así es. Me atrevería a decir que gracias a las facilidades que te da el país en el que desarrollamos nuestras funciones como diplomáticos. Antes estuve en Emiratos Árabes. Allí existe una comunidad diplomática muy agradable, con profesionales muy capacitados, igual que en Qatar, con personas a las que quiero y extraño. Sin embargo, es un país mucho más amplio, que te empuja a buscar mayores y mejores oportunidades en cada uno de sus siete emiratos. Aquí estamos en Doha y compartimos un espacio pequeño, por eso el grupo está más unido. No dejo de resaltar la personalidad maravillosa que tiene cada uno de los integrantes del grupo latinoamericano de embajadores en Qatar, personas con muchísima experiencia que han forjado relaciones de amistad tal vez un poco más fuertes. El territorio prácticamente nos empuja y nos obliga a esa casualidad positiva de tener este grupo.

¿Hay futuro para Latinoamérica en Qatar?

Qatar es un país con una visión extraordinaria. Sus líderes son personas que ven el futuro inmediato, pero también a medio y largo plazo. Ellos han identificado en Latinoamérica el siguiente paso a dar en las relaciones de cooperación, comerciales y diplomáticas. Han visto la fuerza, la capacidad y el desarrollo económico que tiene Latinoamérica. Y, sobre todo, no podemos negarlo, han visto los recursos con los que cuenta Latinoamérica. Creo que de la mano de Qatar, el país con el PIB más alto del mundo, y con buenos acuerdos de cooperación y comerciales podemos como región -no como países individualmente aunque también pueda darse- establecer relaciones muy fuertes que nos van a ayudar a crecer. Se trata de trabajar en conjunto por el crecimiento de ambas partes. Definitivamente Qatar ha apostado por eso y creo que la apuesta le va a salir muy bien.

“El presidente de Panamá y el emir de Qatar son personas de mucha fe, con visión y comprometidas con el pueblo que lideran”

¿Por qué momento pasan las relaciones entre Panamá y Qatar?

Desde 2002 tenemos relaciones diplomáticas con Qatar. A finales de 2011 y comienzos de 2012 se terminaron de concretar todos los pasos necesarios para abrir una Embajada de Panamá en Doha. Desde entonces, Panamá y Qatar han mantenido estrechos vínculos diplomáticos y en los últimos meses hemos tratado de potenciar de la mejor manera posible esas relaciones, sobre todo tras la reunión que mantuvieron el presidente Juan Carlos Varela y el emir Tamim bin Hamad Al Thani en el marco del Congreso de Naciones Unidas celebrado en septiembre. Además, hemos recibido una invitación directa del emir para que nuestro presidente visite Qatar. Eso nos dice mucho de las intenciones que tiene este país con Panamá. Asimismo nuestro presidente ha sido muy claro a la hora de transmitir su decidida intención de impulsar la mutua colaboración para fortalecer estas relaciones. Creo que ambos mandatorios son personas de mucha fe, son personas de visión y son personas comprometidas con el pueblo que lideran. Sólo con esas características tenemos una combinación perfecta para mejorar las características comunes de ambos países.

¿Y está previsto que el presidente Varela viaje a Qatar?

Sí, el presidente Varela lo tiene en agenda y en este momento desde su oficina estoy seguro que están viendo las mejores fechas para llevarlo a cabo. El presidente tiene una agenda de política exterior y de compromisos con el pueblo panameño muy apretada, lo que no le impide cumplir con cada compromiso que adquiere.  Estoy impresionado con su capacidad. Seguro que me asombrará abriendo espacio para visitar una tierra que se encuentra al otro lado del mundo por el beneficio y el crecimiento de nuestro país.

¿Qué importancia tiene el gas en la relación entre Qatar y Panamá?

Hasta este momento sólo son siete buques de la flota de marina mercante de Qatar los que están registrados en el Canal de Panamá. Ese es otro de los acercamientos que, dentro de nuestras funciones, vamos a tener con las compañías navieras para ofrecerles uno de los productos bandera o de las marcas que tenemos en nuestro país: el canal y el buen servicio que prestamos desde ya hace más de cien años. La materia prima que exporta Qatar es gas natural. Nosotros pretendemos potenciar esto, pero no limitándonos exclusivamente a los buques portadores sino extendiéndolo a todo aquello que puedan encontrar en nuestro país, lo que puede ser una herramienta muy útil para mejorar las actividades comerciales entre los dos países.

¿Qué otros sectores se verán beneficiados?

Qatar es un punto de encuentro, una península en el Golfo Arábigo con una capacidad muy importante para el comercio y la logística. Pienso, por un lado, que Panamá puede aspirar a ser en este momento un socio activo para potenciar esas oportunidades que tiene Qatar ante el mundo y, por otro, que Qatar puede sacar mucho beneficio y no sólo al canal. Nosotros tenemos servicios bancarios muy importantes, un sistema financiero muy fuerte que sobrevivió a la crisis de 2009 y los años siguientes. Tenemos también una capacidad logística importante en todo el país y somos el puente que une a América del Sur con América del Norte. Nuestra situación geográfica nos permite presentarnos como un socio comercial importante ante cualquier nación. Creo que Qatar, con la visión que tiene, ha detectado eso y definitivamente va a apuntar a este socio. No se equivoca cuando apuesta por realizar comercio con Panamá.

“Dentro de diez años me veo dando lo necesario en donde sea necesario para que mi país siga creciendo”

¿Cómo se siente a nivel personal en Qatar?

Este país me ha abierto los brazos y me ha recibido con mucho cariño y respeto. Aquí siento que ya está mi segunda casa. Es un país muy seguro donde no me falta nada. Podría establecerme sin ningún problema y desarrollar una vida plena sin necesidad de entristecerme por algo. Sin embargo, Panamá es el país donde nací, el país donde me eduqué, el país donde tengo a las personas que por familiaridad y por amistad quiero tanto. Debo regresar. Tengo un compromiso social con Panamá.

¿Dónde se ve dentro de diez años?

Me veo dando lo necesario donde sea necesario para que mi país siga creciendo. Puede ser en la empresa privada, en la vida pública nuevamente, pero en el lugar que esté será con un férreo compromiso con el crecimiento del país. Creo que le debo devolver a Panamá las oportunidades que se me dieron y creo que se pueden aportar algunas ideas, cosas que he aprendido estando acá. En definitiva se trata de que las oportunidades que he tenido yo puedan mejorar un poco las condiciones de la infancia y tal vez potenciar mejor las capacidades que nuestros niños tienen para ser personas de bien y producir mucho más en beneficio de Panamá.

“En Qatar he encontrado lo que espero que Panamá tenga en el futuro”
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