Estados Unidos presentó este jueves supuestas pruebas de que Irán está efectivamente, como denunció en su día Arabia Saudita, detrás del lanzamiento del misil lanzado por los rebeldes hutíes del Yemen contra el aeropuerto de Riad el pasado 4 de noviembre. “Estas es una prueba inequívoca” de que Irán está “suministrando armas ilegalmente” a los hutíes, afirmó Nikki Haley, embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, al mostrar los restos del proyectil de supuesta fabricación iraní en una conferencia de prensa en la base conjunta Anacostia-Bolling, a las afueras de Washington. Con ello, Haley contradijo la versión aportada por el Panel de Expertos en Yemen del Consejo de Seguridad de la ONU que lo negaron en un documento confidencial.
Arabia Saudita, país que lidera la Coalición Árabe contra la insurgencia hutí y su aliado el expresidente Ali Abdulah Saleh, acusó a Teherán de proporcionar armamento a los rebeldes después de interceptar el lanzamiento del misil. El ataque sirvió a la monarquía saudí para argumentar el inicio de un bloqueo contra el país que recrudeció todavía más la hambruna que sufren millones de personas debido a un conflicto que ya dura más de dos años.
El misil “fue hecho en Irán antes de ser enviado a los rebeldes hutíes en Yemen”, confirmó Haley antes de agregar: “Después fue destruido en un aeropuerto civil, y pudo haber matado a cientos de civiles inocentes en Arabia Saudita”, añadió la embajadora mientras mostraba los restos que, según indicó, pertenecían al susodicho misil, conocido como Qiam. Evidencias hoy desclasificadas y que hasta ahora han estado en el Pentágono. Haley dice que las piezas del misil llevan marcas que muestran que se originan en Irán y que tienen especificaciones técnicas que son específicas de las armas fabricadas por Irán.
De ser ciertas las afirmaciones saudíes y ahora estadounidenses, Irán estaría quebrantando los compromisos del pacto nuclear con la comunidad internacional sellado en 2015 y que el presidente de EEUU, Donald Trump, no quiso certificar. De hecho, Haley aseguró que las pruebas demuestran “violaciones flagrantes” de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, algo que pudo pasar, dice la diplomática, porque la comunidad internacional estaba “mirando para otro lado” debido al acuerdo nuclear.
Haley aseguró que Teherán “se está escondiendo detrás del acuerdo nuclear para sembrar el extremismo” e instó a la comunidad internacional a tomar medidas porque “este tipo de comportamiento ilegal no puede ser permitido por más tiempo”. “Es difícil encontrar un conflicto o un grupo terrorista en Oriente Medio que no tenga las huellas de Irán”, agregó. En este sentido, la embajadora estadounidense ante Naciones Unidas señaló que también cuentan con “pruebas” de presencia iraní “en Irak, Líbano y Siria”, además de en Yemen.
No es la primera vez que EEUU acusa a Irán de ayudar militarmente a los insurgentes de Yemen, si bien no había mostrado pruebas materiales hasta este momento. Ahora Estados Unidos trabajará para construir una coalición internacional para “hacer retroceder” a Irán, anunció. Irán, como ya hizo ante las acusaciones de Riad en su momento, volvió a rechazar, por infundada, la acusación estadounidense y describió las armas exhibidas por la embajadora como “fabricadas”.
La misión de Irán ante las Naciones Unidas dijo en un comunicado que la acusación de los Estados Unidos era “irresponsable, provocativa y destructiva”.
El conflicto en Yemen estalló cuando los rebeldes hutíes ocuparon en septiembre de 2014 la capital y otras provincias del norte y centro del país, tras lo que el Gobierno yemení se trasladó a la ciudad meridional de Adén. La guerra se ha recrudecido en los últimos días debido al asesinato la pasada semana de Abdalá Saleh, quien pese a haber sido aliado de los hutíes, encendió su ira al ofrecerse a negociar con Arabia Saudita para poner fin al conflicto.
