jueves. 28.03.2024

El jefe de la diplomacia europea, el español Josep Borrell, viajó este lunes a Teherán para mantener conversaciones que conduzcan a una "desescalada" sobre el programa nuclear iraní, una cuestión que genera tensiones internacionales.

La visita de Borrell se produce también en la estela de nuevas tensiones entre la República Islámica y Estados Unidos. Los dos países enemigos estuvieron a principios de enero al borde de un temido enfrentamiento tras la eliminación por Washington de un general iraní de primer rango en Irak.

Borrell se reunirá con el ministro iraní de Relaciones Exteriores, Mohamad Javad Zarif, el presidente, Hasán Rohani, y el presidente del Parlamento, Ali Larijani.

Según un comunicado de su oficina, la misión de Borrell es "reducir tensiones y buscar posibilidades de solución política a la crisis actual".

El diplomático europeo también expresará "la determinación de la UE en preservar" el acuerdo internacional sobre el programa nuclear iraní cerrado en Viena en 2015, según este comunicado.

Es una "visita importante", declaró este lunes el portavoz del ministerio iraní de Exteriores, Abas Musavi, en conferencia de prensa. "Espero que las reuniones" que Borrell tendrá "con los responsables iraníes (...) permitirán a los europeos comprender" la situación actual y que "demostrarán su buena voluntad adoptando medidas serias", agregó.

La visita de Borrell se lleva a cabo en medio de las tensiones entre Irán y los Occidentales sobre el programan nuclear de Teherán.

Borrell anunció el 24 de enero que los Estados que firmaron el acuerdo internacional sobre el programa nuclear iraní habían acordado mantener una reunión de conciliación "en febrero" para intentar proteger el pacto, que podría quedar en nada desde que Estados Unidos decidió abandonarlo unilateralmente en 2018.

El acuerdo de Viena, firmado por la República Islámica y el grupo P5+1 (China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia y Alemania), establece que se levanten las sanciones impuestas a Irán a cambio de que Teherán ofrezca garantías de que su programa nuclear será exclusivamente civil. Irán aceptó limitar drásticamente sus actividades nucleares y someterse a un régimen de inspección a medida, el más estricto jamás impuesto por el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA). Sin embargo, la decisión de Estados Unidos de retirarse del pacto y de restablecer las sanciones contra Irán --que ha ido endureciendo desde entonces-- ha privado a la República Islámica de las ventajas que le ofrecía el acuerdo.

Washington acusa a Teherán de intentar dotarse del arma atómica, algo que el gobierno iraní rechaza de forma tajante.

Las sanciones estadounidenses han acabado aislando a Irán del sistema financiero internacional y le han hecho perder a los clientes que le compraban petróleo, lo que sumió al país en una profunda recesión.

En respuesta, Irán decidió en mayo de 2019 desligarse de varios de sus compromisos claves recogidos en el pacto de Viena, y ahora produce uranio enriquecido a una tasa superior al 3,67% (el umbral fijado en el acuerdo) y ya no respeta los límites de 300 kilos impuesto a sus reservas de uranio enriquecido ni los impuestos al número de centrifugadoras para enriquecer uranio. Además, dejó de ceñirse a las condiciones que se impusieron en Viena sobre sus actividades de investigación y desarrollo en materia nuclear.

Irán tampoco escatimó en sus críticas contra los europeos, a los que acusa de no respetar sus propios compromisos y de no hacer nada para ayudarle a eludir las sanciones estadounidenses. Con todo, Teherán se declaró dispuesto a volver a aplicar la totalidad del acuerdo si "se levantan las sanciones e Irán se beneficia de las repercusiones" económicas. Para intentar obligar a Irán a respetar completamente al pacto, Francia, el Reino Unido y Alemania activaron en enero un mecanismo de solución de diferendos (MRD), previsto en el pacto, que podría --a largo plazo-- conducir al restablecimiento de todas las sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU retiradas en su día. Irán advirtió que si esto ocurre ello supondría la muerte definitiva del acuerdo de Viena.

El jefe de la diplomacia de la Unión Europea quiere "reducir tensiones" en Irán
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