jueves. 28.03.2024

El líder supremo iraní, el ayatollah Ali Khamenei, prohibió el viernes a Irán importar las vacunas estadounidenses Pfizer-BioNTech, Moderna y la británica Astrazeneca Covid-19, un reflejo de la desconfianza política que el régimen tiene hacia Occidente, pese al alto número de muertos que se cobró la pandemia en el país y la pésima respuesta de las autoridades para controlar los brotes. Hasta el momento, más de 55.000 personas perdieron la vida por el coronavirus, de acuerdo con el Johns Hopkins University.

En un discurso televisado, dijo que la importación de vacunas estadounidenses y británicas estaba “prohibida”, refiriéndose al aumento de las muertes por el virus en ambos países. “Realmente no confío”, dijo Khamenei sobre esas naciones. “A veces quieren probar” sus vacunas en otros países, y agregan: “Yo tampoco soy optimista (sobre) Francia”. La declaración de Khamenei refleja décadas de relaciones tensas entre Irán y Occidente, que no han disminuido en los últimos días de la presidencia del presidente Donald Trump. Las preocupaciones aumentaron especialmente en las semanas previas al primer aniversario del 3 de enero del abatimiento de un alto general iraní en Irak por Estados Unidos.

Esta semana aparecieron una serie de medidas destinadas a aumentar la influencia de Irán antes de que el demócrata Joe Biden se convierta en presidente el 20 de enero.

El lunes, Irán comenzó a enriquecer uranio a niveles nunca vistos desde su acuerdo nuclear de 2015 con las potencias mundiales. Bajo Trump, Estados Unidos en 2018 se retiró del acuerdo y volvió a imponer sanciones a Irán, lo que provocó una serie de incidentes cada vez mayores.

Biden apoyó el acuerdo con algunas reservas y se espera que intente que Irán vuelva a cumplirlo. También se espera que amplíe el pacto para abordar cuestiones no nucleares.

Durante su discurso de 50 minutos el viernes, Khamenei abordó la transición de poder en los Estados Unidos burlándose de la política estadounidense después de que una turba violenta leal a Trump invadiera el edificio del Capitolio en Washington. “Esta es su democracia; esta es la situación de sus elecciones“, dijo Khamenei, sonriendo, durante su discurso. Sugirió que se estaba pagando a Estados Unidos por incitar las tensiones en Irán en 2009, después de su elección. Khamenei también dijo que Occidente debería poner fin a las sanciones “hostiles y traidoras” contra el régimen de los ayatollahs y apoyó la influencia regional de Irán y del programa de misiles.

También el viernes, la televisión estatal de Irán mostró túneles subterráneos y depósitos de misiles en el sur del país, cerca del estratégico Estrecho de Ormuz. La teocracia ha insistido durante mucho tiempo en que su programa nuclear es pacífico.

Sobre el virus, los funcionarios iraníes han dicho anteriormente que la importación de la vacuna Pfizer, que debe enviarse y almacenarse a menos 70 grados Celsius (menos 94 grados Fahrenheit), plantea importantes desafíos logísticos para Irán. Sin éxito, Irán ha luchado para detener el peor brote de coronavirus en Oriente Medio, que ha infectado a casi 1,3 millones de personas y ha matado a casi 56.000. Sin embargo, Khamenei aprobó el viernes la importación de vacunas de otros lugares “seguros” y sigue apoyando los esfuerzos de Irán para producir una vacuna propia.

No es la primera vez que los más duros del régimen se han opuesto durante mucho tiempo a las vacunas fabricadas en Estados Unidos. En diciembre, la Guardia Revolucionaria de Irán rechazó por completo el uso de vacunas de fabricación extranjera. El general Mohammad Reza Naghdi dijo que la Guardia “no recomienda la inyección de ninguna vacuna extraña” candidatas basadas en material genético conocido como ARN mensajero, que lleva las instrucciones para que las células produzcan proteínas.

Por su parte, el fundamentalista iraní Hussein Kanani escribió en Twitter este sábado: "Hay mucha información según la cual algunas vacunas inyectan chips electrónicos e implantan un sistema de posicionamiento global (GPS) en nuestros cuerpos para controlar todas nuestras acciones y movimientos, hasta el punto que nos convertimos en una máquina humana en manos de otros".

El líder iraní prohíbe las vacunas de Estados Unidos y británicas
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