viernes. 29.03.2024

Los soldados iraquíes celebran bailando que tienen rodeado a Daesh en Mosul. Las mujeres y los niños sonríen y aplauden. El ejército ha reconquistado Al Makaui, una nueva zona del casco antiguo de la ciudad donde han aplastado los últimos focos de resistencia yihadista.

El objetivo ahora es expulsar a los terroristas que permanecen atrincherados en zonas del oeste y el sur, algo que podría ser inminente. Allí continúan atrapados al menos 50.000 civiles. "Nuestro problema son las familias. Daesh las está usando como escudos humanos", asegura Ali Adnan Ali, oficial de la Policía iraquí.

Han sido ocho meses de ofensiva para recuperar el feudo yihadista en Irak. El 30 de junio, un alto cargo de Daesh reconocía su derrota y anunciaba que trasladaban el cuartel general a una provincia iraquí fronteriza con Siria.

Aunque el primer ministro de Irak, Haider Al Abadi, ya dio por derrotado al 'califato', las armas no han callado y, con la toma de Mosul en su recta final, las miradas apuntan ahora a Tal Afar. Esta ciudad a 65 kilómetros al oeste de Mosul tenía 200.000 habitantes antes de la llegada de Daesh, tres cuartas partes de ellos turcomanos, y en los últimos tres años se ha convertido en zona de acogida para yihadistas que huyeron de bastiones perdidos como Ramadi, Faluya, Tikrit y, ahora, Mosul.

Sólo tres años antes, desde el púlpito de la mezquita de Al Nuri, el líder de Daesh proclamaba el califato. El templo sagrado, que está actualmente en ruinas, ha pasado a manos del ejército iraquí, que asegura que la victoria total de Mosul será anunciada pronto y que ya ha izado su bandera en gran parte del territorio.

Los líderes de Daesh dan Mosul por perdida y huyen de la ciudad
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