sábado. 20.04.2024

En la corte de Omán se están llevando a cabo discusiones elaboradas sobre un posible sucesor del sultán Qaboos bin Said, quien ha gobernado la nación árabe durante casi 50 años pero cuya enfermedad a largo plazo ha empeorado.

El sultán de Omán no está casado y no tiene hijos ni hermanos ni ha designado oficialmente a su sucesor. Cuando muera, sus familiares deberán decidir en un plazo máximo de tres días quién será el nuevo monarca. Si no se ponen de acuerdo deberán abrir una carta que el sultán debe dejar escrita y sellada antes de su muerte y en la que designará a su sucesor. Omán es un régimen que ha estado en las últimas décadas alejado de las tensiones de la región.

El proceso de sucesión implica la apertura de cartas selladas en la corte en Muscat que identifiquen la elección del sucesor del sultán, si la corte no puede ponerse de acuerdo entre sí.

El sultán, uno de los pilares de la política de Medio Oriente durante las últimas cuatro décadas, regresó hace una semana de Bélgica, donde su tratamiento por la recurrencia del cáncer de colon que sufrió durante cuatro años fuera interrumpido. Se esperaba que se quedara hasta finales de enero.

Qaboos -un amante de la música clásica llenó el país de bandas y construyó la primera ópera de la Península Arábiga- pertenece a la decimocuarta generación de la dinastía Al Bu Saidi, que estableció el sultanato tras expulsar a los portugueses en el siglo XVIII. Se educó en India y la Real Academia militar de Sandhurst, un centro de élite británico por donde pasan los príncipes y herederos de Oriente Próximo. Al regresar a casa, su padre, chapado a la antigua, le confinó en palacio hasta que en 1970 un golpe de Estado orquestado por los servicios secretos británicos le aupó al poder. Qaboos extinguió la insurgencia comunista apoyada por los soviéticos en la región sureña de Dhofar -fronteriza con Yemen- y convirtió un reino atrasado y medieval con apenas 10 kilómetros de carretera, sin instalaciones educativas ni sanitarias en un país moderno y próspero. 

El artículo 6 de la ley básica del sultanato manifesita que la familia real debe elegir un nuevo sultán dentro de los tres días de la vacante. Si no logran llegar a un acuerdo, el consejo de Defensa de la nación, el jefe de la Corte Suprema y los jefes de las dos Cámaras del Consejo Consultivo abrirán juntos el primer sobre que contiene la elección de Qaboos y luego entronizarán a la persona que él designó. El propósito de mantener en secreto el nombre de su sucesor preferido es garantizar la autoridad del sultán durante su vida.

Se cuenta que hay dos sobres sellados, el segundo en un palacio real diferente en la ciudad portuaria sureña de Salalah. Los informes que circularon el fin de semana sugirieron que la segunda carta duplicada se está preparando para ser llevada a Muscat en preparación para la apertura debido a la gravedad de la condición del sultán y las disputas no resueltas dentro del Consejo. La mayoría de los informes aseguran que contendrá el mismo nombre y que existe solo en caso de que no se pueda encontrar el primer sobre o si la primera carta necesita autenticación.

Bajo Qaboos, Omán ha mantenido un papel en gran medida neutral y actuó como mediador en la región, especialmente entre Irán y los Estados Unidos sobre el acuerdo nuclear propuesto que finalmente se firmó en 2015 .

El sultanato también ha sido el sitio de conversaciones entre Arabia Saudita y los rebeldes hutíes de Yemen. La política de Omán de "amigo de todos y enemigo de ninguno" ha permitido que el país se desarrolle económicamente. 

Tampoco ha tomado partido en la disputa de dos años dentro del Consejo de Cooperación del Golfo entre Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Arabia Saudita, por un lado, y Qatar por el otro.

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