Rebeldes chiitas de la milicia yemenita hutí secuestraron este miércoles a unos 300 civiles, muchos de ellos niños, en la occidental provincia de Ibb, como un acto de venganza a la muerte de uno de sus líderes el pasado viernes.
Fuente oficiales en Ibb informaron que los secuestros se llevaron a cabo en las aldeas de Dbayeh y al-Meydan en el distrito de Ramid de Ibb, donde los rebeldes destruyeron también varias viviendas, según informa la cadena árabe Al Arabiya.
De acuerdo con las fuentes, el secuestro de los civiles, muchos ancianos y niños, fue en venganza por la muerte del comandante, Abu Abdulrahman Al-Alwi, el viernes pasado en Ramid, durante un enfrentamiento con un grupo de personas armadas no identificadas.
Fuentes dijeron que los militantes volaron varias casas en las aldeas de Dbayeh y al-Meydan, asaltaron muchas otras y expulsaron a las familias por la fuerza, antes de secuestrar a civiles y llevárselos.
Residentes locales aseguraron que las milicias continuaron hasta esa noche saqueando casas, bloqueando los principales puntos de entrada y salida del distrito y que exigen a las madres de los niños secuestrados oro a cambio de la vida de sus hijos.
Grupos internacionales defensores de derechos humanos han documentado la detención de unas 10 mil personas a manos de los rebeldes Houthi, desde que entraron a Saná en septiembre de 2014.
Según sus informes, muchos de los detenidos son sometidos a torturas, palizas, azotes y electrocución y expuestos a las heladas y sobre planchas de fuego para obligarlos a confesar los cargos de crímenes que no cometieron o apoyar a las fuerzas gubernamentales.
La República de Yemen ha permanecido sumida en el caos desde septiembre de 2014, cuando las tropas rebeldes tomaron el control de la sede del Gobierno, el aeropuerto, escuelas y varios edificios público de Saná, obligando al presidente Abd Rabbah Mansur Hadi a huir.
Los rebeldes hutíes, apoyados por tropas leales al ex presidente Ali Abdullah Saled y conocidos de manera oficial en Yemen como Movimiento Ansar Allah (Ansarola "Los partidarios de Dios") mantienen el control de parte del norte de Yemen.
Desde el pasado 26 de marzo de 2015, una coalición de nueve países árabes, liderada por Arabia Saudita, impulsa una ofensiva militar contra la milicia rebelde hutí, en busca de restablecer al presidente Hadi en el poder de Yemen.
