miércoles. 24.04.2024

La preocupación va en aumento por el destino del jefe de la oficina del New York Times en Teherán, Thomas Erdbrink, tras meses de no publicar el diario estadounidense ni en su cuenta de Twitter, y algunos cuestionaron su seguridad.

El canal saudí Al Arabiya English se puso en contacto con The New York Times preguntando por la seguridad de Erdbrink, y el periódico emitió una declaración.

Erdbrink, un ciudadano holandés, trabaja para The New York Times desde Irán desde 2012 y es residente de Teherán. Sin embargo, no ha podido trabajar desde fines de febrero, cuando se le revocó su credencial de prensa, según el comunicado.

"Las autoridades en Irán han impedido que el corresponsal de The New York Times con sede en Teherán trabaje durante los últimos cuatro meses", señaló el diario en el comunicado.

En la declaración, el editor internacional de The New York Times, Michael Slackman, manifestó que, "los funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán le han asegurado repetidamente al diario estadounidense que devolverán pronto la credencial a Erdbrink, pero no han ofrecido ninguna explicación por la tardanza ni por qué le fue revocada”.

Erdbrink no ha estado activo en Twitter desde febrero después de que el periódico publicara su artículo, titulado 'La revolución de Irán a los 40: de la teocracia a la normalidad'. Es uno de los pocos reporteros occidentales que trabajan para los medios estadounidenses desde Irán.

Sus seguidores escribieron en Twitter para expresar sus preocupaciones sobre el paradero de Erdbrink, ya que no ha estado activo en las redes sociales durante meses y no ha publicado ningún artículo.

Alireza Nader, fundadora y directora ejecutiva de New Iran, una organización de defensa sin fines de lucro y no partidista en Washington, señaló que, "Thomas Erdbrink, de The New York Times, se ha quedado callado desde que publicó este artículo sobre la Revolución de Irán. Y su cuenta de Twitter se detuvo en este momento. Para bien o para mal, su reportaje desde Irán tiene un impacto en los Estados Unidos. ¿Por qué ha estado callado?

Amir Etemadi, presidente y cofundador de Graduados Liberales de Irán y miembro de Iran Revival, tuiteó: “¿Por qué The New York Times no dice nada sobre la situación del jefe de su oficina en Teherán, Thomas Erdbrink? ¿Por qué la agencia no te dice que el régimen se llevó el pase de prensa de Thomas después de su pieza por el 40 aniversario de la Revolución Islámica, y tiene prohibido viajar fuera?"

Según The New York Times, a la esposa de Erdbrink, Newsha Tavakolian, ciudadana iraní y fotógrafa premiada, también se le ha negado el permiso para trabajar.

Según un artículo del New York Times, "no es raro que Teherán suspenda o invalide las credenciales de los corresponsales extranjeros". El artículo continúa diciendo que el ex corresponsal del Washington Post, Jason Rezaian, ciudadano estadounidense, "estuvo encarcelado durante 544 días por las autoridades iraníes por lo que el periódico llamó de acusaciones absurdas de espionaje".

El silencio del corresponsal del New York Times en Teherán suscita preocupación
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