viernes. 19.04.2024

 

Quince personas murieron cuando un agresor suicida vestido con ropas de mujer se inmoló en un campo para desplazados en la provincia occidental de Anbar, según dijo el lunes un funcionario provincial iraquí.

El ataque ocurrió al anochecer del domingo cuando las autoridades estaban ayudando a instalarse a las familias que habían huido de Qaim, una localidad tomada por el grupo extremista Daesh, explicó el concejal Taha Abdul-Ghani.

Entre los muertos había un coronel del ejército, indicó Abdul-Ghani. El oficial sospechó de la persona, vestida con ropas que la tapaban por entero, se acercó al agresor y lo abrazó -presumiblemente para reducir el número de víctimas-, momento en el que éste detonó sus explosivos. Al menos 20 personas resultaron heridas en la explosión.

Las fuerzas iraquíes han expulsado a la milicia radical de la mayor parte de Anbar y ahora están en una enorme ofensiva en la ciudad norteña de Mosul. Nadie reivindicó el ataque en un primer momento, pero era probable que las sospechas recayeran en el grupo Daesh, que ha cometido ataques en el pasado.

Por otro lado, en Mosul, dos mujeres que se ocultaban en un grupo de civiles que huían se inmolaron el lunes en un ataque contra tropas iraquíes, matando a un soldado e hiriendo a varios, según un funcionario. El episodio forma parte del contraataque del grupo extremista Estado Islámico conforme las tropas iraquíes cercan la última bolsa de resistencia del grupo EI en la Ciudad Vieja de Mosul, añadió el funcionario.

Tras días de duros combates, el territorio que controla la milicia radical en la segunda ciudad más grande del país se reduce con rapidez y ahora abarca apenas un kilómetro cuadrado, o 0,40 millas cuadradas. Utilizar mujeres como agresores suicidas parece ser la última táctica de los milicianos, indicó el sargento Ali Abdullah Hussein a The Associated Press.

“Salieron del sótano (de un edificio) y se hicieron explotar”, dijo Hussein a su regreso de la escena, mientras sus tropas llevaban el cuerpo de su camarada fallecido envuelto en una manta. El ataque ocurrió por la mañana en la zona de la destruida mezquita de Al-Nuri, donde se ha centrado la ofensiva de las fuerzas iraquíes en la última semana.

Las tropas iraquíes han sufrido al menos cuatro ataques de esta clase en los últimos tres días, conforme cientos de civiles huyen de los intensos combates en las estrechascalles del casco viejo.

Tras la explosión del lunes, otro grupo de civiles apareció en la carretera principal, lo que hizo que los soldados iraquíes sacaran de inmediato sus armas. Entonces gritaron al grupo, en su mayoría mujeres y niños, que se dieran la vuelta y tomaran otra ruta para salir.

El grupo Daesh tomó Mosul en cuestión de días hace más de tres años. La operación respaldada por Estados Unidos para recuperar la ciudad comenzó el pasado octubre y lleva nueve meses en marcha, aunque mandos políticos y militares iraquíes habían prometido que se declararía la victoria para el final de 2016.

Las fuerzas iraquíes emprendieron la operación para tomar la Ciudad Vieja a mediados de junio, y tras una incursión al amanecer del pasado jueves recuperaron la zona en torno a la mezquita de Al-Nuri, que los extremistas habían volado unos días antes. La mezquita, que se remonta al siglo XII, tiene una gran importancia simbólica. Fue desde su púlpito donde el líder del grupo armado, Abu Bakr al-Baghdadi, proclamó un califato del grupo EI en julio de 2014.

Después de que las tropas iraquíes recuperasen el emblemático recinto, el primer ministro, Haider al-Abadi, declaró que el final del llamado califato de la milicia y la victoria prometida estaban “cerca”.

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