viernes. 29.03.2024

La Ciudad Económica del Rey Abdalá, KAEC por sus siglas en inglés, es uno de cuatro nuevos centros urbanos sobre los que el fallecido monarca puso sus esperanzas para garantizar el futuro del reino una vez el petróleo se acabe, según publica la BBC.

Salpicada por grúas, la ciudad se erige en una zona ubicada a una hora y media de la localidad de Yedah y está ubicada entre el mar Rojo y el inicio del desierto.

De acuerdo con Fahd Al-Rasheed, el director del proyecto de las nuevas ciudades, la nueva generación de sauditas espera una urbe que encaje con el estilo de vida que llevaban cuando estudiaron en el extranjero.

"Estas edificaciones serán utilizadas en un 65% por una población menor de 30 años. Y tenemos unos 200.000 sauditas estudiando fuera del país. Inevitablemente ellos van a querer cambiar las cosas cuando regresen", le dijo Rasheed a la BBC.

Las estadísticas señalan que hay más mujeres que hombres que se gradúan en la universidad. Esos cambios demográficos, dicen los expertos, están trayendo nuevas demandas sociales que de alguna manera revolucionarán la forma en que el país se desarrolla.

Con sus 112 kilómetros cuadrados, KAEC se convertirá eventualmente en una ciudad más grande que Washington DC y con un costo aproximado de 100 mil millones de dólares –la mayoría proveniente de un fondo privado.

"Tenemos el empeño de crear uno de los puertos más grandes del mundo", le dijo a la BBC Rayan Bukhari, uno de los gerentes más jóvenes del futuro puerto de la ciudad."No queremos competir con el puerto islámico de Yedah, pero sí queremos algunos negocios de Jebel Ali en Dubai. Y lo queremos porque contamos con un sistema más rápido de proceso de descarga que ellos", añadió Bukhari.

De acuerdo a Bukhari, el rey Abdalá estaba decidido a involucrar al sector privado en el desarrollo económico del país, dejando atrás las rivalidades tribales y regionales para crear una economía moderna y pujante. "La carga que llega al puerto será llevada directamente a la capital a través de un puente terrestre", explicó.

"Por el momento muchos productos que envían a Riad son despachados desde Dubai, pero eso va a cambiar. La gente va a poder enviar cosas desde esta nueva ciudad, de forma más barata, y recibirá sus paquetes de forma más directa".

La intención con KAEC es crear un puerto moderno que evite utilizar a Dubai como centro marítimo del país. Con la Meca y Medina incluidas en la red de trenes de alta velocidad que hay en el país, KAEC estará conectada con las dos principales ciudades espirituales del mundo musulmán. Eso significa peregrinos adinerados que viajan en un mismo día a la ciudad donde nació el profeta Mahoma (Meca) y donde fue enterrado (Medina).

"La estación Haramain estará lista para fin de año. El servicio de tren nos traerá también muchos beneficios", explicó Al-Rasheed. La estación de trenes fue diseñada por el arquitecto británico Norman Foster, el mismo que pensó el edificio conocido como "Gherkin" en el centro de Londres o el Reichstag Dome en Berlín.

La intención con la construcción de la estación es realizar el viaje desde Yeda en 30 minutos y atraer a turistas religiosos a la ciudad.

Aunque KAEC está siendo desarrollada y administrada por el sector privado y se encuentra en la bolsa de valores de Arabia Saudita, la realidad económica en el Golfo ha golpeado el proyecto que ha necesitado del préstamo del gobierno para hacer frente a la caída en los precios del petróleo y la recesión en la región.

Otro problema ha sido la magnitud del proyecto: crear una nueva ciudad requiere una serie de permisos oficiales que pueden dificultar el proceso de construcción. El gobierno ha establecido una Autoridad de Ciudades Económicas para vigilar los procesos de edificación en los cuatro proyectos que se adelantan en el reino. La intención es que esta oficina procese las licencias, permisos de construcción y las aprobaciones necesarias ante cada ministerio.

Hasta ahora, solo el 15% de KAEC está listo. Las zonas industriales, distritos residenciales y zonas de espacio público apenas se están construyendo. Una de las cosas que ya están terminadas son los 90 kilómetros de carretera, que lleva a plantear una cuestión de raíz sociocultural: ¿podrán las mujeres manejar en estas vías?

Para una de las habitantes de la zona, Dania Beidas, en dos décadas esa pregunta podría ser irrelevante. "Yo espero que nos dejen conducir un auto algún día", dijo la mujer. "Pero como en ese tiempo van a existir los coches que se manejan solos, no hay por qué preocuparse por ese tema ahora".

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