jueves. 28.03.2024

El diario de Nueva York 'The Wall Street Journal', periódico con un énfasis especial en noticias de negocios y economía, publicó este miércoles un artículo donde resalta el poder económico que supondrá Irán una vez levantado su bloqueo, para las diferentes empresas occidentales.

"En un Irán libre de sanciones, las compañías occidentales de energía probablemente serían las primeras firmas extranjeras en entrar al país. Irán tiene la cuarta mayor reserva comprobada de petróleo del mundo y las segundas mayores reservas de gas natural.

Pero esas inversiones de alto nivel están eclipsando lo que algunos inversionistas y consultores dicen podría ser un recurso natural aún más atractivo: los 80 millones de habitantes de Irán, que han permanecido completamente al margen de las transacciones del comercio mundial en los últimos años.

“A los iraníes les encanta comer, consumir y comprar, y han seguido sorprendiendo a las marcas nacionales e internacionales por su capacidad de sobreponerse a las dificultades”, dijo Ali Borhani, fundador de Incubeemea, una firma de asesoría con sede en Dubai que brinda servicios a multinacionales que tienen a Irán en la mira. “En un mundo post-sanciones, con una economía multifacética que trasciende los hidrocarburos, el gas y el petróleo, Irán puede ser un mercado frontera apasionante”.

En principio, las empresas europeas podrían tener una ventaja sobre sus competidoras estadounidenses, sostienen algunos abogados, porque el régimen de sanciones de la Unión Europea no ha sido tan restrictivo como el de los EE.UU., y porque las compañías estadounidenses tienden a ser más cautelosas.

Pero Borhani dice que los iraníes tienen nostalgia por los productos estadounidenses, y esto puede dar a las multinacionales de EE.UU. una ventaja en el largo plazo. Muchos iraníes recuerdan haber manejado Chevys, Cadillacs, Buicks y Mustangs antes de la revolución islámica de 1979.

“Después de 37 años, los pañuelos de papel todavía se conocen en Irán como Kleenex”, dijo en referencia a la marca fabricada por Kimberly-Clark, con sede en Irving, Texas. “Hay una tremenda lealtad de marca”.

Además del potencial del mercado, dijo Borhani, está el hecho de que los consumidores iraníes tienen muy poca deuda. Algunas personas ricas tienen tarjetas de débito, pero en Irán no existen MasterCard, MA +1.59% Visa o American Express, AXP +0.46% y pocos bancos extranjeros tienen sedes en el país.

Si los bancos extranjeros vuelven a Irán —un proceso que se espera sea lento, teniendo en cuenta los miles de millones de dólares en multas aplicadas por violaciones a las sanciones—, el crédito y el consumo personal estimularían el crecimiento económico, algo que los inversionistas extranjeros podrían aprovechar.

Incluso con las sanciones, en 2012 los iraníes gastaron US$77.000 millones en alimentos, US$22.000 millones en ropa y US$18.500 millones en turismo al exterior, dijo Borhani.

A pesar del potencial económico de un Irán sin sanciones, abogados, consultores e inversionistas dicen que miran al país con una dosis de escepticismo.

Bajo el marco del acuerdo pactado recientemente, las partes tienen hasta el 30 de junio para negociar los detalles. Las sanciones de la Unión Europea, EE.UU. y las Naciones Unidas serían entonces retiradas, sólo si Irán cumple con sus compromisos de transparencia y de producción nuclear, pero podrían volver a entrar en vigor si no lo hace. Esto significa que los riesgos legales de hacer negocios en Irán seguirán existiendo.

“Su inversión se vuelve menos valiosa si Irán no cumple esas metas o logra esos objetivos”, dijo Patrick Murphy, abogado de Clyde & Co., con sede en Dubai, que ha trabajado con operadores y empresas que tratan con Irán. “El peor de los casos es que las sanciones vuelvan a imponerse por incumplimiento. Usted podría correr un riesgo”.

Algunas empresas extranjeras que no están entre las industrias sujetas a sanciones—especialmente las firmas europeas de bienes de consumo—han seguido operando en Irán pese a la creciente presión de aquellas. Muchas han tenido éxito.

La francesa Groupe Danone SA, DANOY +0.72% por ejemplo, tiene una empresa conjunta de larga data que produce el agua mineral Damavand, la mayor marca de agua embotellada de Irán. En 2010, Danone aumentó su participación en esa empresa de 40% al 70%. Danone no respondió a una solicitud de comentarios.

Pero incluso para estas empresas, las sanciones que hace tres años extirparon de hecho a Irán del sistema financiero mundial han causado problemas.

La filial iraní de la compañía de alimentos y bebidas suiza Nestlé SA NSRGY +0.46% tuvo que reducir su crecimiento hace dos años, cuando tuvo dificultades para sacar dinero del país, según dijeron en aquel momento a The Wall Street Journal operadores iraníes y un banquero. Una portavoz de Nestlé dijo que la compañía tiene alrededor de 530 empleados en Irán y que su presencia allí es una inversión a largo plazo.

En 2005, el operador sudafricano de telefonía móvil MTN Group MTNOY +0.58% adquirió una participación de 49% en Irancell, pero la debilidad del rial iraní resintió sus ganancias y ha tenido dificultades para repatriar cientos de millones de dólares de ganancias. MTN Group no devolvió una solicitud de comentarios.

Etihad Airways recientemente dijo que aumentaría la frecuencia de vuelos entre Abu Dhabi y Teherán de tres veces por semana a todos los días.

Esta decisión parece un intento de tomar ventaja del aumento de vuelos que se supone ocurrirá entre Irán e EE.UU. una vez que se levanten las sanciones. Los vuelos diarios permitirían a los iraníes tener un acceso más directo a decenas de grandes ciudades de EE.UU., dijo Kevin Knight, director de estrategia y planificación de Etihad.

Las sanciones de EE.UU. son más estrictas que las impuestas por Europa, e impiden casi todo tipo de tratos con Irán. Pero incluso algunas empresas estadounidenses comienzan a mirar el escenario con mayor interés.

Empresas iraníes en Dubai han recibido propuestas de contrato para ser los distribuidores oficiales de las computadoras portátiles de Hewlett-Packard HPQ +0.32% en Irán, según empresarios de este país. El año pasado, agregaron, los directivos de la filial de Hewlett-Packard Development Company LP en Dubai viajaron a Teherán para tantear el mercado y reunirse con distribuidores locales.

HP podría ser autorizado a vender computadoras portátiles a Irán bajo una exención de las sanciones dictada hace dos años en EE.UU. para artículos electrónicos de consumo, pero el acercamiento entre Irán y Occidente podría facilitar el tema. HP no quiso hacer comentarios.

En caso de llegarse a un acuerdo nuclear definitivo, abogados y ejecutivos de distintas compañías dicen que el escenario más probable es una llegada gradual pero significativa de inversión extranjera. Los que lleguen a Irán necesitarán tiempo para investigar el mercado, encontrar socios locales y entender el entorno legal.

Irán está configurado legalmente para la inversión extranjera directa. Los extranjeros están autorizados a poseer 100% de sus empresas y hay leyes para protegerlos, pero el sistema no ha sido puesto a prueba durante la era de las sanciones.

“No hay nada que podamos hacer por el momento y nada que pretendemos hacer antes de que las sanciones se levanten porque no queremos infringir las sanciones”, dijo Albert Momdjian, fundador y director ejecutivo de SOKOTRA Capital Ltd., una firma de inversión privada con sede en Dubai y focalizada en mercados frontera, dijo el lunes. “Estamos recién evaluando el terreno y haciendo la diligencia debida básica para entender y sentir el mercado, pero no estamos invirtiendo todavía”.

Momdjian dijo que los sectores de hostelería, turismo, logística, alimentos y minería parecían particularmente atractivos.

“Todo necesita ser desarrollado”, dijo. “La cuestión es permanecer enfocados y tener los socios locales adecuados”.

En la foto de EL CORREO de la noticia, un paisaje del sur de Irán.

Las empresas occidentales esperan con ansia entrar al mercado iraní
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