viernes. 19.04.2024

La ministra de Relaciones Exteriores sueca, Margot Wallstrom, mantuvo las críticas a Arabia Saudita por su política de derechos humanos, que esta semana causaron un roce diplomático entre Estocolmo y Riad y el retiro del embajador saudita del país nórdico.

“No hay nada de lo que tenga que avergonzarme, mantengo todo lo que dije y no voy a retirar mis palabras sobre democracia y derechos humanos en Arabia Saudita“, afirmó este jueves la ministra de Relaciones Exteriores sueca, Margot Wallstrom, tras una reunión con el Parlamento de Suecia, citada por la agencia de noticias EFE.

La ministra había criticado hace un mes los “métodos casi medievales” de las autoridades sauditas, particularmente el caso del bloguero Raif Badawi, condenado a diez años de cárcel y a mil latigazos por una presunta afrenta al islam, además de presentar una protesta formal ante la embajada saudita en Estocolmo.

Esas declaraciones, que Riad tachó como una “injerencia” en asuntos internos, fueron el argumento esgrimido por los sauditas para bloquear el pasado lunes la intervención de la canciller en una reunión de la Liga Árabe.

La canciller fue invitada de honor en el cónclave tras reconocer Suecia hace unos meses el Estado de Palestina. Wallstrom se reunió este miércoles con el embajador palestino en Estocolmo, y otros países árabes mostraron su interés en mantener reuniones bilaterales.

Suecia anunció al día siguiente la suspensión de un acuerdo de cooperación militar con Arabia Saudita que estaba pendiente de renovación y Riad retiró luego a su embajador en Estocolmo. Ambos países buscaron desligar el conflicto del acuerdo militar, aunque según reveló weste jueves el periódico Svenska Dagbladet, la embajada sueca en Riad ya había informado la semana pasada a las autoridades sauditas que no se iba a renovar.

El pacto militar venía siendo fuente de polémica en los últimos años, sobre todo desde que se conoció que la Agencia de Investigación de Defensa sueca había creado en secreto una empresa fachada para ayudar a la construcción de una fábrica de armas en Arabia Saudita. Esa revelación provocó la dimisión en 2008 del entonces ministro de Defensa de Suecia, el conservador Sten Tolgfors.

El actual Gobierno rojiverde del socialdemócrata Stefan Lofven había insinuado hace semanas que renovaría el acuerdo, que vencía en mayo, aunque cambiando algunos aspectos, una posición que chocaba con la de sus aliados ecologistas, partidarios de la suspensión, y amenazaba la estabilidad de un Ejecutivo en minoría.

Una treintena de altos ejecutivos de grandes empresas suecas como H&M, Volvo o Ericsson apoyaron la semana pasada, en un artículo publicado en el liberal Dagens Nyheter, la renovación del acuerdo apelando al efecto negativo que podría tener en las relaciones comerciales con Arabia Saudita, principal socio de Suecia en Medio Oriente.

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