jueves. 25.04.2024

El rey de Arabia Saudí, Abdalá bin Abdulaziz, murió este viernes en torno a la 1 de la madrugada hora local (22:00 GMT), a los 90 años de edad tras sufrir una neumonía, según informó la casa real en un comunicado recogido por la agencia EFE. El monarca ingresó en un hospital el pasado 31 de diciembre para someterse a múltiples pruebas médicas, que demostraron tres días más tarde que sufría de una neumonía que le dificultaba la respiración.

La hospitalización de Abdalá bin Abdelaziz en la Ciudad Médica del Rey Abdelaziz, de la Guardia Nacional de Riad, había desatado en el reino los rumores sobre su sucesión.

Abdalá bin Abdelaziz nació en 1924 y accedió al trono el 1 de agosto de 2005, tras el fallecimiento de su hermano y predecesor, el rey Fahd. En 2011 y 2012, el monarca se sometió a dos intervenciones quirúrgicas para corregir problemas de espalda, en el mismo hospital de Riad en el que se encontraba ahora ingresado.

En noviembre de 2010, fue operado con éxito en un centro sanitario de Nueva York de una hernia discal y de un coágulo causado por ella.

El primero en la línea sucesoria de Arabia Saudí es Salman bin Abdelaziz, nacido en 1935 y príncipe heredero desde junio de 2012 y que en la actualidad ocupa los cargos de viceprimer ministro y titular de Defensa. El segundo lugar en la línea de sucesión lo ocupa Moqren bin Abdelaziz al Saud.

Antes del anuncio del fallecimiento, la televisión estatal Saudí ha interrumpido la programación para emitir versos coránicos, lo que habitualmente indica la muerte de un miembro de la familia real.

Abdalá era el decimotercero de los 37 hijos del rey Abdulaziz, entre los que están también los nuevos monarcas Salman y Moqren. En Arabia estaba considerado como un monarca reformista, aunque lento y constante. Llegó a permitir a la prensa cierto grado de crítica suave, y dio a entender que se debería permitir a más mujeres acceder a puestos de trabajo.

Abdalá ejerció de guía en el apoyo de Arabia Saudí al Gobierno de Egipto tras el golpe militar en 2012, y condujo el apoyo de su país a los rebeldes sirios contra el Gobierno de Bachar al Asad.

En 2011 y 2012, el monarca se sometió a dos intervenciones quirúrgicas para corregir problemas de espalda, en el mismo hospital de Riad en el que se encontraba ahora ingresado. En noviembre de 2010, fue operado con éxito en un centro sanitario de Nueva York de una hernia discal y de un coágulo causado por ella.

Un empresario saudí entrevistado por Reuters explicaba que "la gente está muy triste porque le quería mucho. Era una figura paterna, sincera, un verdadero rey. SIempre estaba tratando de ejercer de árbitro. Mantenía su palabra y era conocido por su lealtad".

El primero en la línea sucesoria de Arabia Saudí es Salman bin Abdelaziz, nacido en 1935 y príncipe heredero desde junio de 2012 y que en la actualidad ocupa los cargos de viceprimer ministro y titular de Defensa. Salman ha nombrado príncipe a su también hermano Moqren bin Abdelaziz al Saud, segundo en la línea de sucesión desde marzo de 2014. Anteriormente fue director general de la inteligencia saudí y viceprimer ministro.

En un comunicado oficial del que se ha hecho eco RTVE, el nuevo rey Salman ha llamado al Consejo de Lealtad de la familia real a reconocer a Moqren como su príncipe y heredero. "Su alteza Salman bin Abdulaziz Al Saud y todos los miembros de la fmailia y de la nación lamentan la muerte del rey Abdalá bin Abdulaziz, Custodio de las Dos Sagradas Mezquitas, que ha muerto a la 1 de la madrugada", indica el comunicado.

En el momento de su proclamación como segundo en la línea sucesoria saudí, Moqren prometió continuar las reformas de Abdalá, pero también ha demostrado una vertiente populista, demandando a los bancos que sirvan a los intereses de los ciudadanos saudíes de manera más justa.

El rey Salman, miembro de la hermandad de príncipes gobernante durante décadas en Arabia Saudí, previsiblemente dará continuidad a los principales objetivos estratégicos de la política del país. Entre ellos se incluye el mantenimiento de la alianza con Estados Unidos y la búsqueda de la estabilidad en el mercado energético.

Durante cinco décadas, Salman ejerció cono Gobernador de Riad, consiguiendo, según fuentes locales citadas por la agencia Reuters, una habilidosa gestión del delicado equilibrio de los intereses clericales, tribales y principescos, al mismo tiempo que mantenía buenas relaciones con Occidente.

"Creo que continuará las reformas de Abdulá. Él es consciente de la importancia que esto tiene. No es una persona conservadora, pero valora la opinión del electorado conservador", ha explicado a Reuters Jamal Khashoggi, director de un canal de noticias propiedad del príncipe saudí. "El rey Abdulá tenía la voluntad de desafiar a los conservadores, pero sin colisionar con ellos. Salman respetó el status quo. El quería reformas, pero estaba mucho más conectado a la mentalidad tribal, la naturaleza conservadora de su electorado", ha añadido.

Los nuevos monarcas saudíes tendrán que gestionar, a largo plazo, las necesidades de una población que crece a gran velocidad, plagada de desempleo estructural y con una economía que permanece excesivamente dependiente de los beneficios del petróleo y minada por generosos subsidios.

Arabia Saudí, que alberga más de una quinta parte del petróleo crudo del mundo, ejerce además influencia sobre los cerca de 1.600 millones de musulmanes a través de La Meca y Medina, ciudades sagradas del Islam.

Los reyes entrantes han decidido, tradicionalmente, designar a nuevos ministros para dirigir carteras fundamentales, como la del petróleo y la de finanzas. En un país donde los grandes ministerios están dominados por la realeza, los reyes han mantenido la información petrolera alejada del pueblo y han insistido en mantener una sustancial capacidad de producción sobrante para ayudar a reducir la volatilidad del mercado.

Muere a los 90 años el rey Abdalá de Arabia Saudí
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