En total son ya cinco las víctimas mortales —incluidos el asaltante y el agente acuchillado—. Entre los fallecidos, también hay una mujer nacida en Londres, pero de ascendencia gallega, madre de dos niñas pequeñas de 11 y ocho años, a las que iba a buscar al colegio cuando sufrió el atropello.
El atentado tuvo lugar en Londres justo cuando Bruselas recordaba las 32 víctimas mortales y más de 300 heridos que dejó hace un año el atentado del Daesh contra el aeropuerto y la red de metro de la capital belga.
La ciudad del Támesis ya había sido víctima del terrorismo en julio de 2005, cuando unos atentados contra los transportes públicos dejaron 56 muertos, incluyendo a los cuatro terroristas.
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, anunció el despliegue de policías armados en las calles de la ciudad, tras el atentado perpetrado ante el Parlamento.
“Los londinenses no serán intimidados”, declaró Khan a los medios y añadió: “Habrá policías adicionales armados y desarmados en nuestras calles desde esta noche para mantener la seguridad de los londinenses y de los que visitan nuestra ciudad”.
“Quiero tranquilizar a todos los londinenses y a todos nuestros visitantes, que no se alarmen. Nuestra ciudad es una de las más seguras del mundo. Londres es una gran ciudad y permanecemos unidos ante aquellos que buscan hacernos daño y destruir nuestra forma de vida”, subrayó.
En el atentado, el atacante atropelló con el vehículo que conducía a varias personas en el puente de Westminster antes de estrellar el coche contra las verjas del Parlamento, donde había varios policías.
Después, se bajó del vehículo, apuñaló a un agente y, cuando se disponía a atacar a otro, fue matado a tiros por otros policías armados que iban vestidos de paisano, de acuerdo con las declaraciones de testigos.
