viernes. 29.03.2024

Los líderes de la guerra en Libia lograron algunos avances en las conversaciones de paz indirectas en Moscú, pero no llegaron a un acuerdo sobre un alto el fuego incondicional y abierto.

En conversaciones que duraron aproximadamente ocho horas, los mediadores Rusia y Turquía instaron a los rivales del conflicto libio a firmar una tregua vinculante para poner fin a una guerra que cumple ya nueve meses y, de esa manera, allanar el camino para un acuerdo que estabilice este país del norte de África.

Los rebeldes libios liderados por el mariscal Khalifa Haftar se resistieron a estampar su firma en el documento de cese al fuego permanente que sí fue suscrito por el Gobierno de Acuerdo Nacional libio (GNA, reconocido por la ONU) liderado por Fayed al Serraj, durante unas maratónicas negociaciones en Moscú que se realizaron a puerta cerrada y en las que ninguno de los dos líderes se reunieron directamente. 

La agencia de noticias TASS de Rusia informó que Serraj se había negado a entablar conversaciones directas con Haftar, obligando a los diplomáticos rusos y turcos a actuar como intermediarios. Después de que ambos bandos aceptaran un frágil alto el fuego que entró en vigor el pasado 12 de enero, se allanó el camino por vez primera en meses para el cese de la ofensiva rebelde sobre Trípoli, pero Haftar se enrocó y se opuso terminantemente a que Turquía supervise el cumplimiento del cese al fuego. "Haftar y el presidente del Parlamento de Tobruk, Aguila Saleh, valoran positivamente el documento y pidieron un poco más de tiempo hasta este martes por la mañana para decidir si lo firman", explicó a la prensa el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, al término de las negociaciones. "Espero que su decisión sea positiva", agregó Lavrov en una breve rueda de prensa en la que no aceptó preguntas.

El impulso ruso-turco, que involucró laboriosos contactos indirectos entre las dos delegaciones libias, es el último intento de acabar con el caos que ha envuelto al país. Turquía anunció semanas atrás que desplegaría fuerzas militares en Libia, ante la petición del Gobierno de Al Serraj, a la defensiva en Trípoli. Mientras que la ofensiva del general Haftar desde el oeste libio ha estado respaldada por contratistas rusos, según denuncias de la oposición. Al respecto, el ministro de Exteriores turco, Mevlüt Cavusoglu, aseguró que si Haftar "firma este martes dicho documento", ambas partes se comprometerían a respetar el alto el fuego indefinido, paso previo para el lanzamiento de un proceso de arreglo político.

El anuncio de una falta de acuerdo se da luego que las partes aceptaran un alto al fuego propuesto por Rusia y Turquía, que se ha cumplido parcialmente. Los dos lados han denunciado incumplimientos de las tropas que combaten a las afueras de la capital libia.

El conflicto entre las dos principales fuerzas ha destruido la economía del rico país petrolero y alimentado una grave crisis migratoria.

En el momento del anuncio, el líder del Ejército Nacional Libio se encontraba ad portas de la capital libia tras una serie de victorias militares, incluso llegando a controlar territorios donde operaban organizaciones yihadistas. Haftar fue un hombre cercano a Gadafi para luego ser clave en su derrocamiento y tiene, además, nacionalidad estadounidense tras vivir años en el exilio en ese país.

Tras el anuncio de Moscú, se sumó el de Alemania. Ángela Merkel, canciller alemana, confirmó que en Berlín se realizara una conferencia internacional que busca acercar las partes y poner fin al conflicto en Libia.  Posteriormente, la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, dio la bienvenida a los esfuerzos para lograr un cese el fuego en Libia y dijo que Naciones Unidas debe liderar el proceso de reconstrucción en esa nación. Según el proyecto de documento final, ambas partes se comprometerían a garantizar un "respeto incondicional" del cese de las hostilidades. También acordarían la delimitación de una línea de contacto, lo que sería acompañado de medidas para estabilizar la situación sobre el terreno como el fin de todas las acciones ofensivas y una reducción sincronizada de las tensiones militares.

Lo cierto es que cualquier salida política deberá contar con la luz verde de los países que intervienen en el conflicto. Las dos partes dependen del respaldo, especialmente aéreo, de distintas fuerzas. Haftar tiene el apoyo de Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Egipto y contratistas rusos. Turquía, Italia y Qatar apoyan al Gobierno de Serraj, que se ha enfrentado a una ofensiva de las fuerzas de Haftar, que se acercó a la capital. El miedo de un escalamiento a un conflicto internacional en Libia, no parece descabellado. Aguila Saleh, portavoz de Haftar ante el Parlamento egipcio pidió que se opusieran a Turquía o consideraran la posibilidad de enviar tropas e intervenir.

Las conversaciones de paz de Libia en Moscú no alcanzan el acuerdo de cese el fuego
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