viernes. 29.03.2024

China sigue en el eje de la polémica por su manejo de la epidemia del coronavirus. Este jueves, el Reino Unido y Francia cuestionaron la transparencia de la información aportada por Pekín desde el inicio del brote.

Londres anunció que el gigante asiático deberá responder “preguntas difíciles” tras la crisis sobre la propagación del coronavirus, y aseguró que la cooperación con Pekín no podrá continuar “como si nada hubiera pasado”. “Tenemos que examinar todos los aspectos, y de una manera equilibrada, pero no hay duda que todo no puede continuar como si no hubiera pasado nada, y tendremos que plantear preguntas difíciles sobre la aparición del virus, y sobre porqué no pudo ser parado antes”, declaró el ministro de Relaciones Exteriores británico, Dominic Raab, en rueda de prensa tras una reunión telemática del G7.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, por su parte, cree que en China “pasaron cosas que desconocemos”. El jefe de Estado francés también fue consultado acerca del contraste entre la naturaleza de los gobiernos de las democracias a las que usualmente se las refiere como “occidentales” y el carácter autoritario de la administración de Xi Jinping, y la posibilidad de que el segundo se valiera de estas características para imponer medidas draconianas que ayudaran a mitigar el impacto del virus.

A ello, respondió: “No caigamos en esa especie de inocencia de afirmar actuaron mucho mejor a la hora de manejar esta situación No lo sabemos. Y claramente pasaron cosas que desconocemos”, afirmó el jefe de Estado en entrevista con el diario Financial Times, sumándose así a las críticas del Reino Unido y Estados Unidos sobre China. En esa línea, advirtió que renunciar a libertades individuales para aumentar las capacidades de los gobiernos de lidiar con el brote podría ser un peligro para las democracias occidentales. “Algunos países están tomando esa decisión en Europa”, dijo, en lo que pareció ser una alusión al jefe de Estado de Hungría, Viktor Orban, que en las últimas semanas logró que su partido, con mayoría en el Congreso, le permita gobernar por decreto por tiempo indefinido.

La falta de transparencia de China ha sido un tema que ha estado en el centro de la agenda de Estados Unidos. Además de cuestionar sus cifras, la administración de Donald Trump -a través del presidente y el secretario de Estado, Mike Pompeo- indicó que está llevando a cabo “una investigación exhaustiva sobre (...) cómo el virus se propagó, contaminó el mundo y provoco tal tragedia”.

El Reino Unido y Francia son dos de los países más afectados de Europa, detrás de Italia y España. En las últimas 24 horas las autoridades sanitarias británicas detectaron 861 muertes en hospitales y 18.665 nuevos casos de Covid-19, con lo que la cifra provisional de afectados llega a 103.093 personas, explicó el ministerio de Sanidad. Ante ese panorama, el gobierno británico anunció este jueves una extensión de tres semanas a la cuarentena por coronavirus que rige desde el 23 de marzo.

Francia, por su parte, reportó 753 decesos en las últimas 24 horas, por lo que el número de muertos roza los 18.000.

Este miércoles Francia también cuestionó a la Organización Mundial de la Salud (OMS), al considerar que demostró “fallos” en su gestión de la crisis del coronavirus. “Sin duda hay cosas que decir sobre el funcionamiento de la OMS, quizás una cierta falta de reactividad, de autonomía respecto a los Estados, quizás una falta de medios de detección, de alerta y de información, de capacidad normativa”, señaló el ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Yves le Drian, durante una audición ante la comisión de Relaciones Exteriores del Senado.

En los seis días después de que destacados funcionarios chinos concluyeran en secreto que probablemente afrontaban una pandemia de un nuevo coronavirus, la ciudad de Wuhan, en el centro del brote, acogió un enorme banquete para decenas de miles de personas y millones de viajeros empezaron a desplazarse para las celebraciones del Año Nuevo Lunar. El presidente, Xi Jinping, advirtió a la población en el séptimo día, el 20 de enero. Pero para entonces, más de 3.000 personas se habían infectado durante casi una semana de silencio de las autoridades, según documentos internos a los que tuvo acceso la agencia The Associated Press y estimaciones basadas en datos retrospectivos de infecciones.

La demora entre el 14 y el 20 de enero no fue el primer error cometido en la gestión del brote por autoridades chinas de todos los niveles, ni tampoco fue el retraso más grande, ya que gobiernos de todo el mundo tardaron semanas e incluso meses en responder al virus. Sin embargo, ese retraso en el primer país que se enfrentó al nuevo coronavirus se produjo en un momento crítico: el inicio del brote.

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