El presidente de Estados Donald Trump manifestó que su acercamiento a Oriente Medio ya estaba dando sus frutos y lo que describe cómo su amistad con el presidente Abdul Fattah El Sisi de Egipto le ayudó a asegurar la liberación de una prisionera estadounidense.
Durante un discurso con motivo de su 100 días como presidente este sábado, Trump dijo que EEUU ya había intensificado su lucha contra el Daesh mientras hablaba sobre una lista de promesas realizadas y cumplidas.
"Ya hemos intensificado la lucha contra Daesh y no vamos a parar hasta que sea destruido", dijo a la multitud en un campo de deportes en Harrisburg, Pennsylvania. "Hemos fortalecido nuestras alianzas y amistades en todo el mundo. Por ejemplo, tuvimos el orgullo de trabajar con el gobierno egipcio la semana pasada para asegurar que un ciudadano estadounidense - una hermosa joven llamada Aya - llegara a casa después de estar en una prisión egipcia durante los últimos tres años".
Aya Hijazi, una cooperante de nacionalidad estadounidense-egipcia, fue polémicamente detenida y acusada de abuso de menores en 2014, junto con su marido y otras personas relacionadas con su organización de caridad. "El presidente Obama trabajó diligentemente durante tres años, pero no la sacó", explicó Trump en medio de aplausos. "Me reuní con el presidente El Sisi y funcionó rápidamente".
En medio de la creciente tensión con Rusia y con Corea del Norte —e indirectamente con China—, Trump volvió a sacudir el tablero internacional al lanzar por primera vez en una zona de combate la llamada “madre de todas las bombas”, el arma no nuclear más poderoso de su arsenal.
La lanzó en Afganistán, oficialmente contra una posición militar de la milicia del Daesh; sin embargo, el mensaje fue claro: una demostración de fuerza para sus nuevos rivales.
Pese a la sorpresa que generó entre muchos esta importante decisión, se trató de una consecuencia directa de una promesa que lanzó Trump apenas un mes después de ganar las elecciones y que podría terminar definiendo su política exterior.
La ubicación y el momento de la intervención de Trump fueron seleccionados para un máximo impacto."Mis primeros cien días han sido muy productivos. Hemos cumplido una promesa tras otra", señaló Trump en Pensilvania, uno de los estados claves de su victoria electoral en noviembre pasado.
En un acto con tono de campaña electoral más que de un presidente en el cargo, el mandatario aprovechó que esa noche se celebraba en Washington la tradicional cena de corresponsales de la Casa Blanca para lanzar una nueva andanada de ataques a la prensa. "No podría estar más emocionado de estar a más 150 kilómetros de la ciénaga de Washington", apuntó en referencia al hecho de que es el primer presidente en el cargo que esquiva el evento en la capital estadounidense, algo que no ocurría desde hace más de dos décadas.
Durante el discurso, de cerca de una hora, ha rechazado las críticas vertidas sobre los fracasos registrados durante sus primeros 100 días de mandato, como la negativa del Congreso a aprobar su reforma de la ley sanitaria conocida como 'Obamacare' y el bloqueo de los tribunales a su prohibición de entrada temporal en EEUU de viajeros procedentes de siete países de mayoría musulmana.
En este sentido, ha enfatizado que "las prioridades de la prensa no son vuestras prioridades" y ha vuelto a recalcar que está concentrado "en volver a hacer grande de nuevo a EEUU", su lema electoral. "Si el trabajo de los medios es ser honestos y decir la verdad entonces creo que estamos de acuerdo en que la prensa se merece un suspenso bien grande y gordo", sostuvo ante los aplausos de los cerca de 10.000 asistentes.
