sábado. 20.04.2024

El amor en los tiempos del coronavirus

"El Covid-19 nos ha cambiado la vida, trastornando el trasegar económico, deportivo y social del planeta, pero en nuestras manos, en tenerlas limpias y emplearlas para saludarnos de lejos, está parte de la solución"

Escribo un 6 de marzo, fecha en la cual se celebra el aniversario de vida del gran Gabriel García Márquez, un escritor que no solo dejó obras literarias inmortales, sino que llegó a influenciar la manera de hablar, de comunicarnos, dejando expresiones como la “crónica de una muerte anunciada”, que de ser un título pasó a ser frecuente expresión para referirse a situaciones previsibles, pero hoy quiero parafrasear el nombre de una novela que debería ser lectura obligatoria por su belleza, cambiamos solamente el mal, el cólera del pasado por el actual coronavirus.

El personaje del año será sin duda el coronavirus, un fantasma que recorre el mundo, casi a la misma velocidad que el miedo. Aunque nuestra sociedad planetaria es tan curiosa, que si se encuentra el remedio o la vacuna esperada en unas semanas, es posible que en el segundo semestre nadie se acuerde de este mal que por estos días, hace las veces del coco, personaje que –al menos en Colombia- era el mejor aliado para los padres, para asustar a los hijos, si estos no hacían caso.

No es la primera vez y no será la última que aparezca el coronavirus, un querido amigo me hablaba de un descubrimiento interesante, en la historieta Astérix en Italia, de hace varios años, en donde aparecía un villano llamado Coronavirus, un romano disfrazado con una máscara, parecida a los tapabocas, tan escasos actualmente. Aunque como le decía a mi amigo, no creo que fuera una especie de profecía, sino una ingeniosa ironía de los autores del cómic, dado que este nombre tan mentado viene desde finales de los años sesenta, para un mal que se ha renovado cada tanto tiempo en diferentes regiones del mundo.

"Es importante que cambiemos algunos de nuestros hábitos, al menos temporalmente"

Para llamarlo por su nombre, el Covid-19 nos cambia la vida, nos vuelve más temerosos, más aislados, pero también tiene su punto positivo, resultamos más reservados, más prudentes, además sirve para recordar que la verdadera vacuna de las enfermedades virales la tenemos en nuestras manos, si las lavamos apropiadamente. Se hace necesario que lo tomemos en serio, sin caer en la paranoia y en la histeria, como lo he visto, cuando las personas corren a comprar tapabocas por montones, con el riesgo de desabastecer un elemento que es necesario para quienes estén enfermos o alimentos de manera exagerada, como si fuera a acabarse el mundo.

Pero es importante que cambiemos algunos de nuestros hábitos, al menos temporalmente. Si algo tiene de bonito nuestra cultural hispana o latina, es que somos muy cálidos en el trato, en ocasiones demasiado, no es raro que a una persona recién conocida, no solo le demos la mano, sino que la abracemos y besemos, en España no se contentan con un beso, sino con dos, pero es claro que por estos días, debemos limitar el contacto físico y esos cariños dejarlos para la familia. En la medida en que cada uno sea responsable consigo mismo y con su entorno social, estaremos ayudando a que este mal no se propague.

Es cierto que el Covid-19 nos ha cambiado la vida, trastornando el trasegar económico, deportivo y social del planeta, pero en nuestras manos, en tenerlas limpias y emplearlas para saludarnos de lejos, está parte de la solución. Así que manos a la obra, manos al agua y al jabón.

El Covid-19 nos afecta, pero que no nos quite la alegría, la ilusión y mucho menos el amor.

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Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera, escritor por vocación, lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/  En Twitter a ratos trina como @dixonmedellin

El amor en los tiempos del coronavirus
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