miércoles. 24.04.2024

Ecuador, en el corazón tricolor

"Todos los hispanoamericanos debemos sentirnos ecuatorianos y vestirnos con el tricolor, con los entrañables amarillo, azul y rojo, pues más que colores en la bandera, es la identificación de nuestra familia, nuestra propia sangre"
Bandera de Ecuador

Algunos amigos extranjeros en ocasiones me preguntan en mi condición de diplomático colombiano por qué razón las banderas de Venezuela, Ecuador y Colombia tienen los mismos colores y siempre les recuerdo que durante unos años gloriosos fuimos un solo país, conocido en la historia como la Gran Colombia (incluía también a Panamá).

Aunque luego viniera la separación política, nunca ha sido un sofisma cuando hablamos entre nosotros de países hermanos, pues es lo que somos, no vecinos sino familia. Como toda familia, en ocasiones hay disgustos y rupturas pero el amor fraterno aparece en los momentos de las tragedias y cuando se necesita la asistencia y el acompañamiento, como durante el reciente terremoto que ha fustigado duramente a Ecuador.

En Colombia no solo se sintió físicamente el sismo, se ha vivido como algo propio, además porque dentro del gran número de víctimas hay colombianos, lo que ha generado una campaña solidaria y ayuda humanitaria que involucra varias entidades del gobierno y de la comunidad colombiana, que cuenta con nuestra Embajada en Quito como uno de los centros coordinadores.

Recientemente estuve en la capital ecuatoriana en un viaje relámpago de trabajo, volví a pasar por su bello centro histórico con sus legendarias iglesias, pero ante todo compartí con los hermanos ecuatorianos. Por ejemplo, con los simpáticos taxistas que me transportaron estuve comentando sobre la imponente autopista entre el aeropuerto y la ciudad, buen ejemplo de un país que se desarrolla guardando respeto por la tradición y la historia. Además tuve oportunidad de admirar la sede de UNASUR, construida en la Mitad del Mundo, nombre que corresponde al lugar en donde uno puede estar en los dos hemisferios de este planeta al mismo tiempo, pero sintiéndose en su propio hogar.

En mi experiencia diplomática he coincidido en diversos escenarios y momentos con grandes colegas ecuatorianos, profesionales y queridos. Con mi esposa Patricia contamos con la fortuna de la amistad estrecha con Federico Meneses, embajador de carrera ya retirado y su esposa Paulina, quienes han cimentado una bella familia. Ellos y sus allegados se han involucrado en las labores de ayuda y reconstrucción para sus compatriotas menos favorecidos en estas circunstancias.

Sé que en muchos lugares del mundo como en Emiratos se organizan eventos y actividades de solidaridad. Es bonito constatar que cada uno colabora desde donde puede y ojalá esta nota sirva para invitar a todos los que tengan posibilidades de ayudar a nuestros hermanos para que lo hagan, pues todos los hispanoamericanos debemos sentirnos ecuatorianos y vestirnos con el tricolor, con los entrañables amarillo, azul y rojo, pues más que colores en la bandera, es la identificación de nuestra familia, nuestra propia sangre.

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Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera  y escritor por vocación. Si desea leer otros artículos, el autor cuenta con un blog en el periódico El Espectador de Bogotá, que lleva con sus apellidos literarios: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/

 

 

Ecuador, en el corazón tricolor
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