martes. 19.03.2024

El lamento del Pitillo

Un hotel de Abu Dhabi dejará de surtir pajitas: ¿Ustedes quieren pitillo o son amigos del medio ambiente?

Leo en EL CORREO DEL GOLFO, que un hotel de Abu Dhabi dejará de surtir pajitas como medida de protección del medio ambiente. La pajita o pajilla es lo que en Colombia llamamos pitillo, en otros países lo denominan sorbete, bombilla, carrizo, cañita, absorbente, sorbeto, calimete, pipeta, sorbito, popote, en fin, muchos nombres para un utensilio poco amigable con la naturaleza si es de plástico. Se trata de una iniciativa que se une a la campaña mundial  #nostraw  que intenta ponerle fin a un elemento tan contaminante.

El problema es que algunas bebidas solo se pueden tomar con pitillo, para evitar que el hielo se desborde o para no tener contacto con el vaso, pues siempre hay espacio para pensar que no está suficientemente limpio y no se sabe cuantas bocas han pasado por ahí. Pero claro, cuando se recuerda la cantidad de plástico que está ahogando los mares del mundo y la vida que reside allí, entonces aparece la conciencia ambiental que todos llevamos dentro para hacernos evocar nuestra responsabilidad como especie humana.

Hay formas sutiles y otras directas para animar esa concientización ambiental. Cierto día estábamos con mi gran amigo Gustavo Paredes en un restaurante en Bogotá, cuando una señorita camarera en el momento de dejarnos la bebida, con un tono inquisitivo y mirándonos como si fuera un oficial de impuestos o aduana, nos preguntó de manera determinante: - ¿Ustedes quieren pitillo o son amigos del medio ambiente?

Ante semejante pregunta de la chica, que debía ser agente infiltrada de Greenpeace o alguna organización similar, la verdad titubeamos con mi amigo, literalmente dejé caer la pajita que ya había tomado. Ahora bien, coincidimos con Gustavo que si el restaurante estaba tan preocupado por la conservación de la naturaleza, no debería transferir la culpa a los comensales, sino tomar otra medida, como usar pitillos fabricados con materiales más amigables con el entorno, pues los dos recordamos que en el pasado los pitillos eran de papel, al menos en Colombia. Lo cual demuestra cómo un producto puede involucionar, es decir, se puede avanzar en sentido contrario al progreso o al menos, al sentido común.

En todo caso, sea propicio el momento, cuando medio mundo anda de vacaciones de verano, tomando refrescos o bebidas en pitillos, pajitas o como usted quiera llamar a esos cilíndricos artefactos, apreciado lector, para que se propague el consumo de estos elementos fabricados con materiales reciclables o biodegradables. Es responsabilidad de todos, de quienes producen estos elementos y de quienes los consumimos.

Porque, como diría la joven camarera, ¿acaso no todos somos amigos del medio ambiente? Para quienes estén en vacaciones, felicidades, pero nunca olvidemos nuestra responsabilidad con este planeta y con nuestro futuro como humanidad. Hagamos un brindis por este bello mundo y si podemos dejar de lado ese delgado adminículo, que tiene tantos nombres como amigos y enemigos, mucho mejor.

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Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera, escritor por vocación, lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/  En Twitter a ratos trina como @dixonmedellin

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