Para los seguidores del rock en Colombia, Phil Manzanera es un nombre muy conocido, aunque no tanto para el resto de los colombianos, que ignoran además los lazos de este británico con nuestro país. Se trata del eslabón perdido de nuestra historia rockera. Manzanera es un legendario guitarrista, integrante del grupo Roxy Music, que durante más de una década se destacó en el panorama musical del mundo, pero quien además ha seguido una brillante carrera individual como intérprete, compositor y productor.
Alguna vez leí que Phil se había puesto Manzanera en un homenaje al compositor mexicano Armando Manzanero, pero es necesario aclarar que su apellido es por parte de su mamá, una barranquillera muy Manzanera quien conoció a un británico que había llegado a la “arenosa” a dar clases de inglés, se enamoraron y el profesor se llevó a su esposa a Londres en donde nació el pequeño Phil. Luego la familia volvería a viajar por América Latina y Manzanera tuvo su primer contacto musical con los ritmos latinoamericanos, como la cumbia, el bolero, el tango y los ritmos cubanos que luego desembocarían en la salsa.
Hasta que cierto día descubrió en Caracas a la edad de 10 años, a un grupo de rock que despertaba el interés de las chicas. Phil lo confiesa sin ambages, desde ese día quiso aprender música e integrar un grupo, no por ningún motivo intelectual o de grandes aspiraciones, simplemente para impresionar a las jóvenes de su edad y como dirían en España, poder “ligar” más fácilmente, por eso le imploró a su padre que lo enviara a Londres, que para la época era la meca de la música.
En la capital británica, tuvo la fortuna de tratar con quienes conformarían grupos legendarios como Pink Floyd.
Phil Manzanera en los últimos años ha venido rescatando los recuerdos y los sonidos latinos de su temprana formación. Con su casi-paisano y vecino de edificio en Londres, el artista barranquillero Lucho Brieva, han grabado dos discos con un emblemático nombre: Corroncho. Para quienes no conozcan el glosario colombiano, el “corroncho”, es la manera como la gente del interior andino de Colombia, llama –en ocasiones despectivamente- a los costeños caribes del país, pues generalmente alude a actitudes como la ordinariez, que no necesariamente son características de la gente caribe, pues en ocasiones se confunde el carácter alegre y desenfadado con lo grosero.
Lucho Brieva es un arquitecto renegado, que llegó a Londres en 1988 para un entrenamiento de su profesión, que fue lentamente abandonando mientras se convertía en artista y diseñador, un escultor de figuras metálicas, amante de la soldadura y del latón, casi tanto como de las londinenses.
Manzanera y Brieva, alrededor de estos discos, lograron reunir a gente como Chrissie Hynde (cantante de The Pretenders y ex esposa de Brieva), Annie Lennox (ex Eurythmics), Enrique Bunbury, Quimi Portet (uno de los pilares de El Último de la Fila).
Son discos hechos con amor y humor, pues sin duda, es evidente que se divirtieron mucho en su elaboración. Estos residentes de la brumosa Londres, demuestran que en su ADN, sigue intacto el componente de carnaval, de rumba y nostalgia que exuda la puerta de oro de Colombia.
Phil Manzanera, nunca se ha ido de Colombia, en su hogar en lugar privilegiado está un tiple que un tío alguna vez le regaló (vivan los tíos y su aporte en nuestra formación!), con el cual interpretó dos melodías tituladas Bogotá y Medellín de su maravilloso disco 'Primitive Guitars', un objeto sonoro de colección, que todo colombiano debería tener para orgullo de la conciencia colectiva, al menos todo colombiano rockero. Phil, gracias por la música.
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Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera, escritor por vocación, lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/ En Twitter a ratos trina como @dixonmedellin