viernes. 29.03.2024

Rafael Pombo, un diplomático que escribía fábulas

El prominente colombiano se encuentra en el mismo sitial de Esopo, Samaniego, Hans Christian Andersen, Charles Perrault, Joseph Jacobs, los hermanos Grimm, es decir, un verdadero clásico

El hijo de Rana, Rinrín Renacuajo,

salió esta mañana muy tieso y muy majo

con pantalón corto, corbata a la moda,

sombrero encintado y chupa de boda…

Érase una viejecita

sin nadita que comer

sino carnes, frutas, dulces,

tortas, huevos, pan y pez…

Cuando se menciona en Colombia el nombre de Rafael Pombo, todas las generaciones nos regresamos automáticamente a la niñez. Difícilmente no hay un colombiano que no identifique al autor de poemas infantiles como 'La Pobre Viejecita', 'Simón el Bobito', o 'El Renacuajo Paseador' (conocido por todos como 'Rinrín Renacuajo') y decenas de fábulas en verso. Pero aunque nos resulte tan cercano, desconocemos mucho de la vida del poeta bogotano, así como su demás obra literaria.

José de Rafael Pombo y Rebolledo nació en Bogotá en 1833, mientras su padre, Lino de Pombo, se desempeñaba como Secretario de Relaciones Exteriores, veintidós años más tarde, el mismo joven Rafael sería nombrado como diplomático colombiano. Era una época en la cual, no existía la carrera diplomática en Colombia, apenas eran los albores de la República y los cargos del servicio exterior eran para los miembros de la aristocracia criolla.

Se dice que desde niño, Rafael Pombo ya realizaba traducciones al español de clásicos en latín. Estudió humanidades y recibió el grado en matemáticas e ingeniería en Inglaterra. En Popayán, ciudad colonial ubicada en el sur occidente colombiano, en donde su familia tenía propiedades, Pombo comenzó a desarrollar su pasión literaria, fundando una publicación y escribiendo sus primeras poesías. En 1855 viajó a Washington como secretario de la legación colombiana en esa ciudad, estaría 17 años en Estados Unidos, fue cónsul de Colombia en Filadelfia y también vivió en Nueva York.

Cuando dejó el trabajo diplomático y consular, Rafael Pombo fue contratado por la editorial Appleton de Nueva York para traducir al español algunas canciones y obras infantiles de la tradición anglosajona, adaptando a la realidad latinoamericana y en particular colombiana, aquellas historias. Por ello, no es ningún descubrimiento decir que muchos de los cuentos rimados de Pombo son originalmente historias en inglés.

Pero el gran mérito de Pombo fue no hacer una traducción literal, sino verdaderas obras nuevas para las circunstancias latinoamericanas de aquella época. Esto ha sido reconocido por la crítica y el público en general que desde las primeras publicaciones se identificó con aquellos versos. De hecho, lo más interesante es que con los años, las obras infantiles de Pombo han sido traducidas a otros idiomas, incluyendo el inglés, retornando las historias a sus lugares de procedencia, pero con el vestido nuevo del genio colombiano.

El resultado de aquel trabajo se reflejó en dos libros, 'Cuentos pintados para niños' (1867) y 'Cuentos morales para niños formales' (1869), editados primero en Estados Unidos. Estas fábulas en verso, serían publicadas por primera vez en Colombia en 1893, aunque parte de su obra ha sido publicada en España, por ejemplo por la editorial Sopena y en otros países de América Latina. Existen diversas versiones de sus fábulas en verso, incluso en lenguas indígenas como una que encontré en México.

El cuento 'La Pobre Viejecita'.

Generaciones de niños colombianos aprendieron a leer o reforzaron su aprendizaje, recitando aquellos poemas inolvidables. Ese es otro gran mérito de Pombo, su contribución a la educación, de hecho el autor bogotano dirigió la revista del Ministerio de Educación y publicó un método de lectura en rima, que en muchos sitios sería aplicado, justamente con sus fábulas en verso. En una época en que el castigo se vinculaba al aprendizaje, con aquella sentencia de “la letra con sangre entra”, llegaba Rafael Pombo a salvar a los niños reemplazando el látigo por la lúdica.

Pombo tuvo una bibliografía extensa, aunque la mayoría se conoció después de su muerte, destacando sus poemas románticos, obras como 'La hora de las Tinieblas', 'En el Niágara', 'Elvira Tracy'. La mayoría ignoradas por los lectores adultos. De todas formas, Pombo logró disfrutar en vida del éxito y reconocimiento, en una ceremonia especial encabezada por el presidente de la República Rafael Reyes, se le coronó en 1905 como Poeta Nacional de Colombia, en el Teatro Colón de Bogotá. Rafael Pombo falleció en 1912, nunca se casó ni tuvo hijos y en 1983 fue inaugurada la Fundación Casa Rafael Pombo, en su residencia natal, la cual se encuentra en la misma calle del Palacio de San Carlos, sede de la Cancillería colombiana.

Por derecho propio y su gran contribución a la literatura infantil, Rafael Pombo se encuentra en el mismo sitial de Esopo, Samaniego, Hans Christian Andersen, Charles Perrault, Joseph Jacobs, los hermanos Grimm, es decir, un verdadero clásico. Pombo se sigue editando, incluso en versiones tan originales como el álbum Pombo musical de Carlos Vives en 2008, con el cual, el talentoso músico colombiano ganó un premio Grammy Latino a mejor grabación para niños.

Los niños colombianos siempre estaremos repitiendo las estrofas de Rafael Pombo y los adultos podemos encontrar un poeta desconocido, romántico, cuando no erótico, melancólico e irónico. Alguien que se definía como: “De que soy poeta apenas tengo estos datos: Que no sirvo para nada, sino para hace versos”. Rafael Pombo, un diplomático que escribía fábulas en verso.

--------------------

Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera, escritor por vocación, lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/  En Twitter a ratos trina como @dixonmedellin

Rafael Pombo, un diplomático que escribía fábulas
Comentarios