viernes. 19.04.2024

La selección de la Felicidad

La historia futbolística de Colombia se partió en dos con la inolvidable presentación de la Selección nacional en el pasado campeonato mundial de Brasil.

La historia futbolística de Colombia se partió en dos con la inolvidable presentación de la Selección nacional en el pasado campeonato mundial de Brasil. Un equipo deslumbrante en cada partido, que pudo llegar más lejos, de no haberse cruzado con el onceno local y un árbitro nada neutral, que al final desarmó la coreografía de los colombianos. El juego de Colombia era de ballet, no se sabía que causaba más admiración, si las jugadas, los goles o la celebración, con ese baile que testimoniaba la alegría innata de los colombianos.

Antes del mundial del 2014, nuestros recuerdos futbolísticos se limitaban a un puñado de partidos legendarios, y un poco la frustración de lo que pudo haber sido aquel grupo de genios excéntricos que conformó el combinado patrio de los años 90, con figuras como la de su arquero, René Higuita, que no se conformaba con quedarse encerrado entre los tres palos de la portería, con vocación de delantero y su espíritu rebelde, se iba jugando con los demás hacia el arco contrario, tantas sonrisas y algún enojo nos dejó su estilo que quedó inmortalizado con la famosa jugada del “escorpión”.

Cuando un colombiano llega a los Emiratos Árabes Unidos, percibe que el país es más conocido de lo que se piensa, pero básicamente es por el fútbol y no solo se trata de los ídolos actuales como Falcao o James, sino porque tenemos una anécdota en común. EAU es un país relativamente joven, con apenas 43 años y en tan corta historia ha logrado muchas cosas en pos del desarrollo y progreso, pero algo que recuerdan con orgullo los emiratíes, amantes del fútbol, es haber participado por única vez en un campeonato del mundo, en Italia 90.

Emiratos compartió el grupo que le correspondió con Colombia. Fue un partido, en donde el gran Carlos ‘El Pibe’ Valderrama desplegó su habitual brillante juego, llevando a la victoria al combinado cafetero. La constatación del recuerdo que ha permanecido en los emiratíes, constituyó una de las sorpresas más gratas que me he llevado aquí, al encontrar por casualidad en una biografía del Jeque Zayed, padre de la nación emiratí, la imagen del ensortijado rubio colombiano, disputando el balón con un jugador emiratí en colorida fotografía.

En cuanto al reciente éxito mundialista, en Emiratos los colombianos nos reuníamos en diversos sitios a media noche para ver al equipo y cantar el Himno Nacional como si estuviéramos en los estadios brasileños. Los ecos llegaron incluso al mes de diciembre, en la celebración del Small World, noble causa que busca recursos para niños desamparados en todo el mundo, la delegación de Colombia se lució en la gala de celebración con un baile que evocaba al equipo nacional. Una bella coreografía futbolística.

Escribo estas líneas, cuando acabamos de recibir en Emiratos a la Selección Colombia de fútbol en su gira por el Golfo Arábigo en partidos amistosos contra Bahréin y Kuwait, posiblemente cuando sea publicada esta nota, los alegres muchachos dirigidos por el serio y profesional técnico argentino José Néstor Pékerman, se habrán ido y no leerán este testimonio de admiración y agradecimiento por tantas satisfacciones que nos han dejado. A ellos y a la Federación Colombiana de Fútbol con su Presidente Luis Bedoya y demás ejecutivos, un gracias gigante por su visita.

La Selección de Colombia -en la imagen superior momentos antes de iniciar en Abu Dhabi su partido frente a Kuwait- es un motivo de alegría redonda, como la pelota que nos acompaña desde la infancia.

La selección de la Felicidad
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