jueves. 28.03.2024

Semana para necrologías

"Un argentino y dos colombianos de valiosa existencia se suman a la larga lista de nombres célebres y anónimos que se adelantan en la definitiva fila que todos vamos haciendo, sin que sepamos nuestro turno"

En esta columna no me gusta tocar temas tristes, pero como la muerte es parte y conclusión de la vida es necesario. Deseo destacar a tres personas que nos dejaron esta semana, pero más que lamentar su fallecimiento, el objetivo es destacar su valiosa existencia y agradecerles por todo lo que nos dejaron. Un argentino y dos colombianos que se sumarán a la larga lista de nombres célebres y anónimos que se adelantan en la definitiva fila que todos vamos haciendo, sin que sepamos nuestro turno.

Marcos Mundstock (en la imagen superior). Hombre de voz profunda y bella, en la cual tanto la forma y el contenido iban en perfecta armonía con el ingenio y la música de Les Luthiers, el grandioso grupo argentino de humor inteligente que desde 1967 nos ha hecho reír sin parar. Si alguien piensa en Mastropiero, personaje clásico del repertorio del grupo, automáticamente lo hace con la voz de Marcos. El menos musical, quizás el más literario de los integrantes de Les Luthiers, combinaba la gravedad de su voz, con la comicidad de una impostura seria. La vida le alcanzó para constatar la trascendencia del trabajo colectivo de la agrupación, al recibir en 2017 el premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, el discurso que leyó Mundstock, es de antología. Prometo volver con Les Luthiers, lo merecen.

Carlos Pinzón.

Carlos Pinzón. Un señor colombiano con un corazón inmenso. Locutor, presentador, productor de televisión, empresario cultural, promotor de una generación de grupos musicales y cantantes solistas, gracias a Radio 15, una de las primeras cadenas radiales a finales de los sesenta, en donde salió la primera camada de estrellas colombianas, algunas que tuvieron proyección internacional como Claudia de Colombia, Óscar Golden, Vicky o Billy Pontoni y los primeros grupos de rock nacionales como Los Speakers o The Flippers. Luego en el Club de la Televisión, Carlos Pinzón comenzó a tomar la labor social como bandera, pionero en Colombia de amalgamar el entretenimiento con la asistencia a los más necesitados. Trajo al país a Teletón, el formato de maratón televisiva para recaudar fondos, a favor de personas en condición de discapacidad.

Antonio Bolívar.

Antonio Bolívar. Colombia no lo conocía, pero ya era un valor icónico para su etnia indígena en el Amazonas, promoviendo la cultura y tradiciones de su grupo autóctono. El mundo se deslumbraría con su actuación como el chamán Karamakate, en la única película colombiana nominada a los premios Óscar, hasta el momento, 'El Abrazo de la Serpiente' (2015) dirigida por Ciro Guerra y producida por Cristina Gallego. Incluso a la hora de su muerte, sigue ayudando a su pueblo, al ser víctima del Covid-19, ha evidenciado el gran peligro para las etnias indígenas de la vasta región del Amazonas, ante la ausencia de centros hospitalarios y de un sistema sanitario que permita el acceso a los más vulnerables.

Gracias a los tres, por legarnos lo mejor de sus talentos. Descansen en paz y los familiares y allegados tengan consuelo en el recuerdo imborrable de sus valiosas vidas.

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Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera, escritor por vocación, lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/  En Twitter a ratos trina como @dixonmedellin

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