No sé si os ha pasado, os está pasando u os pasará. Me encontraba buceando por este mundo de internet, que se ha convertido en mi compañero de mi vida desde hace años por mi situación laboral, y descubrí un vídeo-presentación de una investigación de ‘Futuros Líderes’ que me parece magnífica, extraordinaria, que quiere traer a la palestra muchos de los pilares de Detribu.
La investigación de la que os hablo es una iniciativa de la consultora de comunicación LLYC, aquí dejo el vídeo para los interesados.
La verdad, que no he podido evitar una sonrisa en mi cara mientras observaba la presentación. Lo que decía, además de encantarme, me recordaba a una persona y, al final, he acabado escribiendo este texto -que, por cierto, no tenía previsto-.
El vídeo habla sobre los cambios que estamos viviendo en este momento; evolución del nivel de conciencia en las personas, cambios en el terreno laboral y en la manera en cómo nos relacionamos.
La llegada del coronavirus ha cambiado, brusco al principio y sutil después, nuestro estilo de vida. Aún así, dice la presentación, en la televisión han permanecido los de siempre; los que gobiernan, los portavoces, aunque por detrás, e incluso más abajo, se mueve un grupo de nuevos líderes que quiere ir mucho más allá de la propaganda, de los ideales y arquetipos que quedaron obsoletos hace tiempo pero que muchos se niegan a querer ver.
Los rasgos de estos nuevos líderes vienen determinados por “su pasión, su emoción"; señala el vídeo, que “piensan en positivo un 45 por ciento más que los líderes actuales”, además de que tienen un sentimiento de trabajo “en equipo y altruista”. Y a mí se me venía a la mente esta persona que, durante años, estuvo presente en mi vida, sobre todo, en lo que correspondió a la parte laboral. Y el rol de esa persona era formar un equipo de trabajo, hacer crecer una empresa, cuyo producto principal era digital. Tenía que meter a la compañía en un túnel que llevara al éxito. Pero no fue del todo así. Y ahora entiendo la razón del estancamiento de aquel túnel. Esa persona seguía viviendo, trabajando y liderando desde unas actitudes y acciones totalmente arcaicas, fuera de esta era de la que nos encontramos a las puertas, en contra de cualquier evolución y a favor de la estabilidad y el conformismo.
Sinceramente apoyo, desde mi más profundo ser y como hice ya en mi texto sobre el tratamiento informativo del suicidio, cualquier investigación, comportamiento, iniciativa que mueva a la humanidad hacia el triunfo, y no hablo aquí de un triunfo solamente material. He comprobado en mi propia experiencia los resultados de una mente obsoleta en el terreno empresarial y sé que eso ya no funciona, que hay mil opciones geniales con grandes beneficios y tampoco hablo aquí de beneficios individuales, sino para todo el Universo. Una inmensidad. Con este texto quiero mandar energía a las personas que necesitan evolucionar. Las compañías con años de servicio a la humanidad a sus espaldas tienen dos opciones: cerrar o innovarse. Elegid. Un abrazo a toda mi TRIBU.
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